Tras más de 70 años del fallecimiento de Eva Perón, acaecido el 26 de julio de 1952, en las inmortalizadas 20.25 hs, su figura aún genera interés y polémica. El estreno de la serie “Santa Evita” por Star/Disney, un par de años atrás, sobre el derrotero de sucuerpo embalsamado, secuestrado por quienes derrocaron a Perón en 1955, reavivó el interés por su figura, en particular por este tema escabroso, que, paradójicamente, tuvopoca repercusión. Sea por la culpa de los responsables, triada conformada por los militares que secuestraron, profanaron e intentaron destruir el cuerpo; civiles colaboracionistas (antiperonistas y hasta algún peronista que intentó sacarse de encima al mito incómodo de la “Jefa Espiritual de la Nación”) que hicieron “la vista gorda”; y clérigos que, con supuestas buenas intenciones, facilitaron el traslado del cuerpo a Italia.
Ante un nuevo aniversario del asesinato del general Juan Facundo Quiroga en Barranca Yaco, Córdoba, el 16 de febrero de 1835, bien valen algunas reflexiones, de adherentes y adversarios sobre su figura.
“La suerte de las armas ya estaba decidida al filo del mediodía sobre la llanura de Caseros, – sentenció Francisco Hipólito Uzal en El incomprensible fusilamiento de Chilavert (1968) – confirmándose lo que unos y otros intuían por anticipado sobre el resultado de la batalla. Sólo quedaba un pequeño foco de resistencia, un grupo de trescientos hombres rodeando al coronel Martiniano Chilavert. En efecto, el jefe de la artillería de Rosas, en el centro del dispositivo del ejército de la Confederación no quiso salvarse. Disparó hasta el último proyectil, haciendo blanco sobre el ejército imperial (del Brasil), y cuando ya no le quedaron balas, hizo cargar con piedras sus cañones. Luego recostado displicentemente sobre uno de ellos, pitando un cigarrillo, esperó que vinieran a buscarlo”.
Tras más de 70 años del fallecimiento de Eva Perón, acaecido el 26 de julio de 1952, en las inmortalizadas 20.25 hs, su figura aún genera interés y polémica. El estreno de la serie “Santa Evita” por Star/Disney, un par de años atrás, sobre el derrotero de sucuerpo embalsamado, secuestrado por quienes derrocaron a Perón en 1955, reavivó el interés por su figura, en particular por este tema escabroso, que, paradójicamente, tuvopoca repercusión. Sea por la culpa de los responsables, triada conformada por los militares que secuestraron, profanaron e intentaron destruir el cuerpo; civiles colaboracionistas (antiperonistas y hasta algún peronista que intentó sacarse de encima al mito incómodo de la “Jefa Espiritual de la Nación”) que hicieron “la vista gorda”; y clérigos que, con supuestas buenas intenciones, facilitaron el traslado del cuerpo a Italia.
El futuro reestablecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, luego de más de medio siglo, pondría fin a una de las rémoras de la Guerra Fría. El anuncio en paralelo de Obama y Raúl Castro, gestiones del Papa Francisco mediante, liberaría del bloqueo norteamericano a Cuba, luego de un largo padecimiento de nuestros hermanos de Patria Grande.
Los relatos del almirante fenicio Hannón y del mercader y navegante griego Piteas son exasperantemente vagos en cuanto a sus procedencias y contenido. No se ha conservado ningún documento original, ni la inscripción colocada por Hannón en un templo de Cartago ni el manuscrito de Piteas. Las dos historias han llegado hasta nosotros por conducto de las obras de historiadores antiguos y medievales, y generaciones enteras de eruditos las han puesto en tela de juicio. Con todo, muchas de sus observaciones suenan a auténticas, lo cual da credibilidad a las narraciones. Se cree que Hannón navegó hacia el sur por la costa africana nada menos que hasta Sierra Leona, incluso hasta el golfo de Guinea. La "Última Thule" de Piteas acaso estuvo tan al norte como Islandia. Es posible que avistara también Noruega.
Nacido un 8 de octubre de 1895 en Lobos, provincia de Buenos Aires - aunque hay autores que ubican su origen un 7 de octubre de 1893 y en Roque Pérez - vivió sus primeros años entre la pampa bonaerense y la Patagonia. Militar y docente, conductor y político, ante todo fue el intérprete de un sentido histórico nacional.