OTRO 17 …FELICIDAD, CONCIENCIA y LOS GOBIERNOS QUE NOS MERECEMOS
EL 17 de octubre es una fecha histórica para los trabajadores argentinos. Desde ese preciso momento nuestro país no fue nunca más el mismo.
Viniendo de interminables épocas de entrega, un soldado argentino demostraba al mundo que era posible gobernar anteponiendo bajo cualquier tipo de especulación, los intereses del pueblo, de los trabajadores.
Pero el 17 de octubre no se gesta días antes, ni tampoco en los prolegonemos del 4 de junio de 1943 cuando Perón asume la responsabilidad a fines de ese año como Secretario de Trabajo del reciente gobierno de facto. Tampoco se produce en la incursión intelectual en el Colegio Militar o en la escuela de guerra durante su formación como militar.
Perón es un hijo del pueblo. Perón es un resultado del pueblo que amaso durante casi un siglo el infortunio de “no ser” y simplemente “estar”. Un pueblo sin ningún tipo de posibilidad de ser y que estaba obligado mediante la opresión metodológica y temática a cumplir. A cambio de devoluciones con formas de dadivas que siquiera tendían a ser migajas.
Un “ser” es aquel que se proyecta no solo como individuo espiritual y racional, sino como “ser” que asume la responsabilidad de crecer dentro de la comunidad en que habita.
Durante su gestión en la Secretaria de Trabajo el pueblo en su mayoría conformado o tipificado por trabajadores, ese pueblo que él debía atender y asumir responsablemente sus necesidades como propias, va construyendo un camino de liberación seguido atentamente por la figura de los gigantescos y populosos abrazos balconeros. Durante su gestión en la Secretaría de Trabajo y Previsión en el último año conformará 29 decretos; 319 convenios y 174 gestiones conciliatorias que habían beneficiado a más de 2.580.000 trabajadores.
Vaya si los trabajadores saben de sufrir, como así también de reconocer los conductores que construyen una Patria solidificada en el amor a la soberanía política, la independencia económica y la justicia social. No existe en ninguna parte del mundo pueblo convencido de sus derechos que apueste erróneamente a la figura de un líder falso, dibujado o manipulado por los poderosos cualquiera sea el origen que lo alimente, donde la división y la desigualdad sea el diccionario de la acción de gobierno.
Cuando el dirigente, conductor, gobernante responde a las necesidades del pueblo, difícilmente puedan desdibujar su figura.
Dicen que el pueblo es sabio. Los mismos de siempre, como los denunciaba Jauretche, intentan disminuir nuestra alegría autoflagelandonos en tiempos de crisis con “los pueblos tienen los gobiernos que se merecen”. A partir del 17, también tuvimos el gobierno que nos merecíamos, como hoy en unos días más vamos a tener otro gobierno que también merecemos. Por el solo hecho de que hoy estamos felices, tenemos conciencia y sabemos dónde queremos ir como aquel 17, y como el mejor de los 17 que es el que está por venir….
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