Mensaje a la IV Conferencia de Países No Alineados realizada en Argelia
La Revolución Nacional
"Cuando en el año 1943 un grupo de hombres de armas decidimos liberar al país de la dependencia extranjera, haciendo una verdadera Revolución Nacional, debimos enfrentarnos también con un triste y agobiante panorama mundial, en un mundo que venía de soportar una gran guerra, cuyas consecuencias es de todos conocida.
Personalmente, venía de vivir la situación en Europa, comprobando la urgente necesidad de enfocar los destinos de la Humanidad sobre bases más firmes y duraderas que las del poderío de las armas o las que otorga el dinero. De seguro que los millones de seres humanos que entregaron sus vidas patrióticamente en la creencia que lo hacían en beneficio de la Democracia o de la Libertad, deben estar ahora tan arrepentidos, en el mundo de los espíritus como lo están los millones de seres humanos que, luego de la guerra, han debido padecer las iniquidades de los vencedores.
Con el alma llena de espíritu patriótico y sin mezquindades de ninguna especie, aquellos revolucionarios del año 1943 lanzamos una Proclama, que yo mismo escribí la noche anterior. En este punto de partida, decíamos ayer lo mismo que sostenemos hay a treinta años de distancia ¡Sería imposible mantener una falsedad durante tantos años, puesto que la mentira tiene patas muy cortas! En cambio, la verdad surge por su sola presencia, sin necesidad de artificios...
Y así nace el Justicialismo, con las mismas frases de la mencionada Proclama Revolucionaria del 4 de junio de 1943, cuando refiriéndonos a lo internacional, dijimos: "Lucharemos por mantener una real e integral soberanía de la Nación; por cumplir fielmente el mandato imperativo de su tradición histórica; por hacer efectiva una absoluta, verdadera, leal unión y colaboración latinoamericana..."
Y fue también en aquella misma ocasión que manifesté a mis compañeros revolucionarios que las premisas fundamentales de nuestro quehacer debían ser las siguientes: Primero, lograr la Unión Nacional. Esa unión de todos, que es lo único que hace grande a los Pueblos. Quería ya la Unidad Nacional para que, cuando fuera necesario sufrir, lo sufriéramos todos por igual y cuando fuera tiempo de gozar, lo gozaríamos todos por igual también. El otro postulado era el de la Justicia Social, de profundo contenido humano, sin el cual toda revolución no pasa de ser un simple movimiento de tropas.
El patrimonio ideológico de nuestra Doctrina Justicialista está enfocada en trabajar para labrar la felicidad del Pueblo y asegurar la grandeza futura de la Patria. Nosotros queremos una Argentina socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana.
En lo que a política internacional se refiere, los términos de nuestro accionar son claros y precisos. Sostenemos, desde el instante mismo del nacimiento del Justicialismo, como principios y objetivos básicos en lo internacional, lo siguiente:
1.- La defensa integral de la soberanía nacional en todo nuestro territorio y especialmente sobre la Antártida Argentina, las Islas Malvinas y sus islas independientes.
2.- El ejercicio de la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política, como bases para asegurar a cada Pueblo del mundo su propia felicidad, mediante la realización de la propia justicia y la propia libertad.
3.- La Tercera Posición como solución universal distinta del marxismo internacional dogmático y del demoliberalismo capitalista, que conducirá a la anulación de todo dominio imperialista en el mundo.
Fragmento del Mensaje del 7/9/73 a la IV Conferencia de Países No Alineados realizada en Argelia.
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