LLEGÓ MENSAJE DEL GENERAL JUAN DOMINGO PERON DESDE LA QUINTA DE SAN VICENTE
“....no ha sido nunca, ni es ahora, mi intención incursionar en terrenos ajenos, aunque los problemas no distan mucho de ser los mismos en los demás países hermanos del continente, azotados por los mismos males; EL IMPERIALISMO Y LAS OLIGARQUIAS. Trataré de exponer en cambio nuestras ideas Justicialistas, que muchos han pretendido por todos los medios de deformar insidiosamente, sin percatarse que la falsedad tiene las patas cortas y que, el hombre, podrá decir un millón de mentiras, pero no puede en cambio hacer verdad a una sola de ellas.
En nuestra Argentina actual, como sucede en muchas otras partes, carecen de sensibilidad y de la imaginación necesaria, cuando no de conocimientos y de la capacidad indispensable. Creen que se trata de un problema intrínsicamente argentino, como muchos de los que produjeron en el pasado y pretender resolverlos con sus viejas recetas muy acordes con su mentalidad, cuando con sus intereses. Piensan que se trata de un nuevo pleito político entre las tendencias y los partidos tradicionales y que todo ha de arreglarse con “poner orden”, reestructurar las fuerzas políticas, anular la influencia social de las organizaciones sindicales y volver a la economía nacional a los causes indicados por el imperialismo capitalista, volviendo así a las concepciones decimonónicas como si el tiempo hubiera transcurrido en vano”.
Esta expresión a la que alude Perón fue manifestada en el año 1968, viendo la luz en el mes de Septiembre del mismo año bajo el titulo: LA HORA DE LOS PUEBLOS.
Perón no expone en todo su mensaje que la salvación o la superación de las políticas sociales o económicas las resuelve alguien por si solo, sino que proyecta su pensamiento a través del tiempo marcando una nueva etapa con cambios generacionales y desechando a los que carecen no solo de capacidades direccionales a nivel de dirigentes, sino a todos aquellos a los cuales el poder le obnubila la vista y le hacen perder la sensibidad de frente a su pueblo.
Dice hojas adelante “...las instituciones como el pescado suelen comenzar a podrirse por la cabeza. Las instituciones políticas como las sindicales se articulan fundamentalmente en tres escalones diferentes que, respondiendo al principio orgánico que establece la necesidad de una concepción centralizada y una ejecución descentralizada, pueden realizar las diferentes funciones inherentes a su finalidad específica: la conducción, el encuadramiento y la masa (...) los que carecen de grandeza y desprendimiento, poco tardan en aferrarse a los intereses personales o círculo que termina en hacerlos enemigos del conjunto, los que no tienen sensibilidad ni imaginación se pierden en los vericuetos del quehacer directivo, y los deshonestos, que hacen de su misión directiva el objeto de sus negocios personales, se comienzan a enterrar en el desprestigio”.
Y es así, desgraciadamente lo que acontece desde hace tiempo en el mundo, porque si bien es cierto Perón critica la deformación en el pasado y el presente, de alguna forma esta señalando los pasos del futuro, que debe determinar una nueva forma de conducción para no repetir los errores del pasado.
Pero como Perón no deja nada propenso a la incertidumbre ideológica, habla lo que su partido político a propuesto, y pone en discusión también en el Modelo Argentino para un Proyecto Nacional que “...el Justicialismo fijó en el Primer Congreso de Filosofía de Mendoza, que acaba de editarse nuevamente con el título de “Una Comunidad Organizada” y que da el fundamento filosófico a la “Doctrina Peronista”, que a su vez fija las formas de ejecución de esa ideología. Completa todo lo anterior el libro “Conducción Política en el que se trata ya la teoría y la técnica de la conducción política destinadas a los dirigentes que han de actuar en la conducción y en el encuadramiento”.
Puede ser, que alguien se sienta molesto cuando desde estas páginas predicamos que debemos leer a Perón y que también nos indilguen el mote de “arcaicos”, pero el Líder autor, escritor, pensador, conductor, va mucho mas allá de apasionamientos, marca estructuralmente la forma de manifestarse para ser un buen conductor de masas y realidades, que en definitiva son la forma de proyecto que el Justicialismo debe realizar para que el pueblo viva irreversiblemente la Grandeza de su Nación.
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