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Textos para Adoctrimaniento

Las organizaciones libres del pueblo (PROLOGO AL LIBRO DE ALEJANDRA G MOSCHENI)

La comunidad nacional se organizará socialmente mediante el desarrollo de las asociaciones profesionales en todas las actividades de ese carácter y con funciones prevalentemente sociales. Juan Domingo Perón Como hemos sostenido oportunamente, un abordaje germinal de la categoría en estudio nos encuentra ante un cúmulo de formas asociativas constituidas de manera orgánica que, a partir de la revolución de junio de 1943, obtuvieron inédito reconocimiento y apoyo estadual, y que —aún, en la actualidad— siguen operando en forma activa dentro de la dinámica política, social, económica y cultural del país. Pretendemos a través de estas palabras introductorias, exponer al lector una resumida exploración vinculada a la estructura conceptual de las denominadas «organizaciones libres del pueblo» (OLP), categoría que, a nuestro entender, por una parte constituye uno de los rudimentos más llamativos y originales del cuerpo doctrinal que nutrió al primer peronismo y, por la otra, instituye una de las principales distancias con la cosmovisión llevada a la práctica en tiempos de la Italia fascista Dentro de la combinación de palabras que componen la categoría analizada (OLP), y que por su parte suele despertar mayor expectación, identificamos primigeniamente el vocablo libres. Tal expresión surge de la concepción justicialista que —en aquellos tiempos— sostenía que la acción del Gobierno no tendría como fin tutelarlas ni integrarlas al aparato estatal, como promovían las doctrinas fascistas, sino al contrario, garantizar y potenciar su propio proceso de autoorganización mediante la menor intervención posible del sector público sobre ellas. En este punto surge per se uno de los aspectos más interesantes para emprender los estudios no solo de aquel primer peronismo, sino también —entre otros tantos componentes significativos del devenir histórico de nuestro país— de la configuración, composición y cosmovisión de las organizaciones sindicales emergidas al calor de aquel movimiento autodefinido como nacional, identificando —como primer gran obstáculo— que la categoría que hoy nos interpela no ha sido lo suficientemente abordada desde las ciencias sociales o más aún, simplemente ha sido desconocida por ellas en el rol que pretendemos asignarle desde nuestra hipótesis inicial. En tanto el concepto de organizaciones se enmarcaba en una concepción filosófica que —a contrario sensu de un individualismo secular de corte liberal (liberista) sustentado por una visión antropocéntrica de orientación hedonista y justificado en la centralidad del individuo— afirmaba que la realización humana solo podía concretarse íntegra y exclusivamente dentro de los términos de una comunidad compuesta a partir de grupos diversos; el vocablo de libres, refería a que las necesidades de estos grupos —expresión práctica, material y espiritual de la autoorganización humana— mantuvieran la mayor independencia posible del Estado. Finalmente, la combinación semántica de pueblo se vinculaba al origen y a la naturaleza de las mismas, es decir, a su pertenencia intrínseca a una comunidad nacional determinada, que incluía su imprescindible apertura hacia ella. Bien vale aclarar que la autonomía asignada a las OLP no implicaba de modo alguno la promoción de un autocentrismo endogámico. Para Perón toda organización del pueblo debía —por naturaleza y por definición— manifestar una generosa y permanente porosidad, no solamente hacia otras organizaciones similares, sino también hacia cada individuo o agrupamiento de individuos que —por alguna necesidad o interés— demandara recurrir a ellas. Por su parte, las OLP debían participar necesaria y activamente de una experiencia coadyuvante con el Estado. Perón parece anticiparse entonces a la teoría de los sistemas sociales complejos. En este sentido, concebía a una comunidad como un sistema capaz de organizarse de una forma determinada y de establecer relaciones con el entorno siempre de acuerdo a su propia historicidad. En este punto, es posible inferir que Perón comprendió el desarrollo evolutivo de la historia humana como un proceso donde los individuos fueron constituyendo y constituyéndose a la vez mediante formas diversas de agrupamientos, desde los más simples hasta los más complejos. La idea nos refiere indefectiblemente a «(…) fases integrativas de menor a mayor, es decir, el principio se funda antes que nada en una razón histórica, entendida en que la sociedad avanzará a través de agrupamientos y reagrupamientos cada vez mayores». Sin duda, Perón forjaba sus esperanzas en un paulatino proceso de organización y articulación entre las diversas organizaciones y el Estado, articulación de la que pasaría a depender la capacidad liberadora del país. La cosmovisión del exmandatario —expresamos en alguna oportunidad— no constituye una circunstancia aislada; se enraíza nítidamente en un clima de época en el que notables pensadores coincidían en que aquella fase de expansión del capitalismo —caracterizada, entre otros factores, por una matriz imperialista sustentada por un individualismo filosófico, político y económico de cuño materialista, tal como se había manifestado en la región— había producido y estaba impulsando una desintegración de la sociedad, definida por Perón como «desorganización». Según sus palabras, atentaba contra una fructífera convergencia de las fuerzas sociales orientadas hacia el bienestar del pueblo. De esta forma describió dicho proceso: … en cuanto a organización, no puede nadie negar que nuestro pueblo estaba totalmente desorganizado. Las fuerzas naturales de la organización que todo pueblo posee deben obedecer a las actividades fundamentales, no se habían realizado en nuestro pueblo sino alrededor de círculos o intereses, que no es lo racional para la organización de una Nación y menos de un Pueblo. No obstante ello, para Perón, la organización de la comunidad no resultaba condición suficiente para consolidar el proceso de transformaciones que se proponía. En este punto ingresa a jugar un papel preponderante un Estado organizado, fortalecido y articulado necesariamente con las organizaciones de la comunidad: por lo tanto sostendrá: …el Estado estaba total y absolutamente desorganizado, como consecuencia de haber mantenido una vieja organización, que pudo haber respondido hace cien años, pero que ahora ya no respondía a las necesidades del momento y menos en una época eminentemente técnica en la organización, en la administración y en el gobierno. Un gobierno total y absolutamente desorganizado había en esta casa. Y muchos de ustedes, que son viejos funcionarios, lo saben: un Presidente, un jefe de despacho que ponía el sello a los decretos, un secretario privado que contestaba las cartas a los amigos, unos edecanes, una Casa Militar para recibir a los amigos y un secretario político que repartía los puestos públicos. La particular observación de quien ejerciera por tres veces la primera magistratura argentina respecto a las organizaciones libres del pueblo, radicaba en que todos y cada uno los sectores organizados que componían la nación, debían construir formas propias de organización por fuera del aparato estatal, implicando —necesariamente— una dinámica de cooperación mutua y permanente. Desde los comienzos de su formación intelectual y política, Perón irá concibiendo la importancia de estas organizaciones en el marco de una comunidad que definió como «organizada» y su relación con otras unidades políticas (Estados), en el marco de un intenso e inusual escenario de debate en el campo filosófico y estratégico. Dentro de las organizaciones que abordamos, el estadista incluía desde las simples mutuales y clubes de barrio hasta las asociaciones de profesionales, de trabajadores, de empresarios y otras afines. La consagración de las organizaciones libres del pueblo como pilares de la conformación social de nuestro país adquirirá estatus normativo a través del decreto número 13378/54, el cual enuncia: «La comunidad nacional se organizará socialmente mediante el desarrollo de las asociaciones profesionales en todas las actividades de ese carácter y con funciones prevalentemente sociales». Por otra parte, no cabe duda de la influencia que Jacques Maritain ejerció sobre Perón. Maritain fue un intelectual francés que arribo a la Argentina en 1936 para brindar una serie de conferencias en los cursos de cultura católica. Aunque Perón estaba destinado en el exterior —según afirma Fermín Chávez— seguirá atentamente sus conferencias a la distancia. Otros pensadores notables como Manuel Ugarte, Leopoldo Lugones, Manuel Gálvez y Alejandro Bunge traza en su cosmovisión, así como —indudablemente— los trabajos editados por FORJA (en especial los de Raúl Scalabrini Ortiz, Jorge del Río y José Luis Torres). El español José Figuerola desplegará indudable influjo con su obra La colaboración social en Hispanoamérica, mediante la cual formuló el tránsito de la lucha de clases a la colaboración social. Es elemental subrayar que la categoría «organizaciones libres del pueblo» se asemeja pero no se identifica con lo que otras concepciones denominan: sociedades intermedias, entidades de bien público u organizaciones no gubernamentales. Se trata de la existencia de agrupaciones en los tres sectores básicos de la sociedad: el político, el social y el económico. Además, la organización del pueblo es libre. Se entiende que una organización popular es tal, cuando goza de consciencia social, de personalidad social y de organización social. De este modo las organizaciones libres del pueblo pueden desarrollarse libremente y hacer llegar al Gobierno sus exigencias, necesidades, aspiraciones, colaboración y cooperación. Perón expresaba que «las naciones perduran más que por los valores materiales que poseen, por los valores morales y espirituales de todas y cada una de las personas que componen la comunidad nacional —agregando además que— los derechos de la sociedad son conferidos al Gobierno, al Estado y a las organizaciones del pueblo por las personas que integran como tales la sociedad, con el objeto de realizar mejor sus fines individuales». De modo concluyente, para el conductor del justicialismo una doctrina sin la teoría que la fundamente resulta incompleta, pero una teoría que no contemple las realizaciones concretas resultaba inútil. El círculo para él cerraba de forma tal que la teoría se enseñaba, la doctrina se inculcaba, y el desafío consistía en llevar a ambas a la práctica. «La realidad nutre a la teoría, y la teoría nutre a la realidad». Perón concibió de esta forma a las doctrinas como modos de especulación-acción en permanente contacto con la realidad; estas se expresan a partir de grandes postulados orientativos los que, a la vez, responden a las aspiraciones, necesidades, y conveniencias nacionales y populares. Al margen de la vigencia que comenzaron a cobrar las teorías comunitaristas a principios del siglo XX, la doctrina concebida por Perón asumió caracteres tan originales —en razón de un pensamiento situado en coordenadas espacio-temporales específicas— porque fue clara expresión de una tradición epistemológica que ya poseía vastos antecedentes en Nuestra América. La idea de un pensamiento situado —cabe atinado señalar— se vinculará directamente con la ubicación (real) de la Argentina en su relación con el mundo y —particularmente— en lo que algunos autores señalaron como «la situación semicolonial». La categoría «organizaciones libres del pueblo» se desprende, entonces, de una matriz de especulación y acción que discurre entre lo teórico y lo político; intentará ordenar el mundo de lo social, lo político, lo económico y lo cultural, compuesto siempre por un sistema de valores situacionales. Nos complace presentar, entonces, este texto de Alejandra Gonzales Moscheni, quien ha aceptado el desafío que oportunamente propugnamos de profundizar sobre esta verdadera categoría epistemológica surgida de la periferia que —en tanto nutrida por la razón práctica— ha cobrado singular virtualidad durante ese período denominado: primer peronismo.     Francisco José Pestanha es abogado, docente y ensayista. Profesor titular ordinario del seminario Pensamiento Nacional y Latinoamericano de la Universidad Nacional de Lanús. Actualmente se desempeña como director del Departamento de Planificación y Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Lanús.

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Asimetrías, epistemologías y semiosis en el pensamiento nacional latinoamericano

Para nosotros no existe, cuando surge una dificultad con un país poderoso —y al decir «país poderoso» no me refiero solo a los Estados Unidos, sino a ciertas naciones de Europa— ni arbitraje, ni derecho internacional, ni consideración humana. Todos pueden hacer lo que mejor les plazca, sin responsabilidad ante los contemporáneos ni ante la historia. Manuel Ugarte El siguiente texto aborda una serie de indagaciones planteadas por ciertos estudiantes respecto de la perspectiva a partir de la cual el pensamiento nacional latinoamericano observa la realidad. Hoy nos vamos a dedicar a tres conceptos básicos. El primero tiene que ver con las asimetrías, el segundo con las epistemologías y el tercero con el proceso de semiosis ilimitada. Las asimetrías Desde que existen registros escritos, la historia de la humanidad puede ser relatada desde una perspectiva que establece que las relaciones de poder entre los seres humanos son —en términos individuales como de manera colectiva, ya sea entre comunidades, culturas y pueblos— asimétricas. ¿Qué significa esto? que la dinámica de construcción de las comunidades y de los pueblo hace que —hacia adentro— existan desigualdades, muchas de las cuales se convierten en asimetrías. No necesariamente una desigualdad se transforma en asimetría —es más, la naturaleza desigual ni siquiera implica suponer lo segundo—, pero cuando lo desigual se transforma en asimétrico, quien esgrime el poder induce a quien no lo detenta de abstenerse a ejercer determinadas conductas, lo condiciona per se. Lo mismo sucede en el ámbito de las relaciones internaciones; incluso hay autores dentro de este campo que hablan de las «relaciones internacionales de poder». Producto de esta configuración, la historia de la humanidad habría estado signada por una serie de relaciones de poder asimétricas que son las que han determinado el desarrollo evolutivo de la humanidad y que aún se encuentran vigentes y en pleno progreso. Sin embargo, esas asimetrías son vistas muchas veces sólo desde el punto de vista factual, desde la fuerza impuesta, desde el poder en su forma más explícita; en realidad, las asimetrías también se dan en el campo de lo simbólico, de lo teórico y de lo científico. Hay civilizaciones que han desarrollado determinadas herramientas y las han impuesto sobre otras comunidades o pueblos, logrando construir sus hegemonías. De todos modos, no existen asimetrías que sean inalterables; es decir, una de sus características es que —con el devenir y eso es muy difícil de predecir— están determinadas a modificarse, a resignarse a su más mínima expresión o —en casos extremos y verificados— a desaparecer por completo. La Roma antigua, terminó siendo «la pequeña Italia»; la Grecia magna, un archipiélago a la venta para cumplir con los servicios de su deuda y el Impero azteca a un yacimiento arqueológico al sur del Río Grande. Estos ejemplos, entre tantos, comprueban que las asimetrías no son una realidad eternizada. Visto lo anterior, el pensamiento nacional latinoamericano es —en lo que atañe a su esencia de matriz de reflexión creativa situada— un instrumento para neutralizar las consecuencias de esas asimetrías —originadas de un estado recíproco de desigualdad previa— plasmadas en el deterioro provocado a una comunidad que se vuelve condicionada por la otra. Cuando Abelardo Ramos planteaba la construcción de la nación latinoamericana, no lo hacía por la pretensión utópica de restaurar los viejos límites del virreinato español, sino para repensar la idea de una alianza que —de alguna manera— constituyera una fuerza para oponer y neutralizar la influencia de las grandes potencias, cuyo caso paradigmático en su accionar asimétrico fue Inglaterra. Es decir, que el pensamiento nacional latinoamericano está repleto de recursos vinculados a la acción de trastocar en favor propio —o cuanto menos de neutralizar— los efectos de esas asimetrías. En síntesis las asimetrías persisten desde que la humanidad es tal, existen en el campo de las relaciones interiores, entre los países y los pueblos. Las asimetrías no son perpetuas y hay matrices de reflexión como el pensamiento nacional latinoamericano que intenta, entre otros objetivos, debilitarlas para evitar el agotamiento de las comunidades que se ven subsumidas bajo sus efectos. Las epistemologías En términos simplificados, los griegos, que construyeron parte de su hegemón civilizatorio a partir de la filosofía, dividían el conocimiento en dos grandes campos, aquello conocido como doxa (δόξα) —utilizado por Parménides para determinar aquellos conceptos que fuesen materia de opinión— y la episteme (ἐπιστήμη), término estrictamente vinculado a la ciencia como vehículo de verdad, tal como lo definió Platón. Mientras la doxa representa la mera opinión y el conocimiento superfluo, en la episteme confluye el conocimiento profundo —siguiendo a Platón— justificado en orden a la consecución de la verdad. Desde luego, el desarrollo epistemológico es un producto puro del acontecer cultural, pero también es una decisión de expandir el conocimiento. El pensamiento nacional latinoamericano —como pensar situado—, se orienta a la expansión de los estudios de la propia realidad. Por ejemplo, cuando Jauretche refiere los efectos de la colonización cultural y pedagógica o define las acciones debilitantes y autodenigrantes enumeradas en su Manual de zonceras argentinas, lo que está expresando es que la Argentina requiere un proceso reflexivo más profundo para dilucidar cuáles son las causas de las crisis sostenidas, atravesadas por el país en las últimas décadas de su historia. Esto significa que la definición de epistemología «de» y «para» la periferia —que Fermín Chávez describió al detalle con su enorme lucidez— se constituye como estrategia y táctica a la vez. Es estratégica porque sólo el conocimiento profundo permite construir el futuro deseado y es táctica, pues para lograr ese conocimiento profundo deben apelarse a una serie de elementos de carácter reflexivo que permiten descomponer el sistema opresivo que generan las mismas asimetrías. Aquí —entonces— se halla la relación intrínseca entre asimetría y epistemología, la forma de neutralizar los efectos de la primera, es la construcción de la segunda para poder desnaturalizar esa desigualdad, proyectando de este modo el «futuro deseado», tal como decía Cirigliano. La semiosis ilimitada En este continuo de reflexiones entrelazadas, pudiera caerse en el error de pensar que las epistemologías periféricas son por completo endogámicas y retroalimentadas —muy por el contrario—, como enseñaba Eliseo Verón: «todo texto es consecuencia de otro»; es decir, existe en el universo de las textualidades un proceso semiótico que es ilimitado —hacia atrás, pero también hacia adelante—, por ejemplo: cuando un estudiante realiza un examen está utilizando como condición de producción una serie de textos que ha leído, pero estos —a su vez— fueron elaborados bajo condición de producción de otros anteriores. Cuando aludimos al universo textual, no sólo nos referimos al de índole científico, cabe en él la prosa toda —ficcional o no—, la poesía e incluso, aquellos contenidos de tipo audiovisual. De esta manera, el pensamiento nacional latinoamericano no es una epistemología aislada —de atomización intelectual— muy por el contrario, apela y recurre a categorías que —adaptadas— son útiles para neutralizar las matrices de asimetría. Tal como hemos mencionado en textos anteriores, la categoría de «semicolonia» fue acuñada por primera vez por Lenin y luego tomada por Abelardo Ramos que la aplica —resignificándola— en el entendimiento del carácter semicolonial de la Argentina, posterior a las guerras civiles. Como resulta obvio, el pensamiento formal nos remite siempre a la categorización. Lo que han criticado siempre los pensadores nacionales latinoamericanos es la adopción acrítica de las categorías, su incorporación exenta —entre otras omisiones conceptuales— del pensar y el estar situado; es decir, naturalizadas y libres de toda crítica, son trasplantadas sin más. Esa actitud acrítica provoca —en lo inmediato— una dependencia directa del pensar. En cambio, la adaptación crítica —como en el caso de «semicolonia»— es retomar una categoría utilizada otrora para describir un fenómeno determinado y adaptarla con un criterio tamizado a la vigencia de la propia realidad. La semiosis ilimitada —insisto en el concepto— no es aislamiento, es proceso en desarrollo cuyo marco es la natural interacción. Por lo tanto, la semiosis ilimitada nos permite comprender que el pensamiento nacional latinoamericano no es una matriz que se presuma hegemónica ni la única posibilidad conceptual de comprender el núcleo ontológico del «nosotros», sino que es un proceso que apela a potenciales creativos, al surgimiento de nuevas categorías, a la adaptación crítica y a la contextualización que es, siempre, historicidad. Por eso y en general, los autores del pensamiento nacional latinoamericano se definían como «historicistas», porque sostenían que la historia nunca era escatológica, era condicionante del presente y, al mismo tiempo, indicador de las formas de futuro dentro de un marco de proceso reflexivo que —cuanto menos— siempre se mantiene en tres dimensiones. El poder establecer la relación entre las asimetrías, las epistemologías y el proceso de semiosis ilimitada, nos permite comprender la naturaleza del pensamiento nacional latinoamericano. La primera, que parte de una realidad cultural sensible y que, de suyo, es asimétrica; la segunda, la epistemología —que es instrumento— y como sostenía Fermín Chávez: «es consecuencia de más de la cultura»; primero es la cultura, luego la episteme. «Es tarea de los trabajadores de la cultura —continúa Chávez— desentrañar las ideologías que constituyen los instrumentos de dominación», pero el desafío posterior es la generación de epistemología. Así, explica cómo la epistemología es consecuencia de un proceso reflexivo que se da de la proximidad que genera la naturaleza de la cultura. Y es, también, de características semióticas —no aislado del mundo ni enclaustrado—, es un proceso enmarcado en la interconexión permanente de las textualidades universales. * Con la colaboración de Pablo Nuñez Cortéz

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La semisocialización de la medicina y la asistencia individual y familiar a cargo del Estado (del Plan de Gobierno del presidente Perón)

Si por revoluciones deben entenderse las profundas transformaciones sociales antes que la sustitución violenta de un equipo gobernante, nuestro país ratifica a cada paso In que se ha operado en su seno. Y no es una de las manifestaciones menos claras, si bien menos ruidosas, la reorganización que comienza a experimentar el ejercicio de la medicina, preludio apenas de uno mayor, enderezado a obtener el máximo estado de salud del pueblo, suprema ley de todo gobierno.

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Definiciones sobre la Izquierda Radical

Hemos señalado desde estas páginas la profunda identificación entre los ideales del eximio líder de la U.C.R. doctor Hipólito Yrigoyen y la obra positiva y trascendente del general Perón, que se inicia con la creación de la Secretaria de Trabajo y Previsión para continuar luego con las realizaciones del Consejo Nacional de Posguerra, cuya excepcional importancia todavía no ha sido debidamente juzgada. Baste señalar que, gracias a ellas, las conquistas sociales logradas por las clases media y trabajadora se consolidaron con las bases económicas indispensables, como así el desenvolvimiento de nuestra economía vio asegurado su proceso evolutivo en circunstancias sumamente difíciles. O para hablar más claro; cuando todo hace prever el inevitable de sastre de una obra ingente, ya que, a las razones naturales creadas por la guerra, se agregaban las de una política restrictiva enderezada a privar al país de los elementos más indispensables para el desarrollo de su economía.

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Origen y destino de la Gran Patria Hispanoamericana*

El impacto del descubrimiento y la conquista marcan nuestra peculiar manera de ser americanos y fijan nuestra actual posición en el mundo. El mestizaje es condición, mérito y posibilidad. Nación de patrias lanzada hacia un futuro superador en el camino por reencontrarnos con nuestro origen y destino que es fe y misión de redención americana.

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El historicismo revisionista como fenómeno histórico cultural*

“Toda la historia es nuestra historia. Todo el pasado es nuestro pasado. Aunque a veces preferimos quedarnos con solo una parte de ese pasado, seleccionando ingenua o engañosamente una época, una línea, unos personajes, y queriendo eludir tiempos, ignorar hechos y omitir actuaciones”. Gustavo Francisco  Cirigliano  “Que no te cuenten los libros, lo que está pasando afuera…” Joan Manuel Serrat Si definimos al arte como destreza, reproducción de objetos, construcción de formas, expresión de sentimientos, de experiencias y de creatividad, cierto es que, en toda comunidad humana, encontramos cuantiosas manifestaciones que encuadran en tal definición. Cabe establecer una diferencia entre este concepto y el de “cultura”: este último suele abarcar el conjunto de prácticas humanas, económicas, políticas, científicas, jurídicas, religiosas, discursivas, comunicativas y sociales de los integrantes de una comunidad, y los valores y significados que estos atribuyen a esas prácticas. La cultura puede ser también definida como el conjunto de producciones materiales (objetos) y no materiales (signos, significados, normas, creencias y valores) de una sociedad determinada.

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Movimiento Nacional: La disputa por las categorías *

En la edición del mes de abril próximo pasado sostuvimos que la noción de “movimiento nacional” ha adquirido verdadero status de “categoría conceptual” a la luz de la tradición filosófica latinoamericana”[1]. ¿Que significa específicamente tal aseveración? ¿Cuáles son sus verdaderos alcances?  

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LLEGÓ MENSAJE DEL GENERAL JUAN DOMINGO PERON DESDE LA QUINTA DE SAN VICENTE

“....no ha sido nunca, ni es ahora, mi intención incursionar en terrenos ajenos, aunque los problemas no distan mucho de ser los mismos en los demás países hermanos del continente, azotados por los mismos males; EL IMPERIALISMO Y LAS OLIGARQUIAS. Trataré de exponer en cambio nuestras ideas Justicialistas, que muchos han pretendido por todos los medios de deformar insidiosamente, sin percatarse que la falsedad tiene las patas cortas y que, el hombre, podrá decir un millón de mentiras, pero no puede en cambio hacer verdad a una sola de ellas.

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Movimiento Nacional; una categoría de la periferia*

“Los unitarios presumían desalojar todos los elementos primitivos de la nación política: los federales anhelaban domesticarles y filtrarles la luz gradualmente y dar al país formas estables y resistentes”José Manuel Estrada   Las formas de gobierno han ido mutando a lo largo de la historia de la humanidad como así también los modos de representación y legitimación del poder político. Si bien corrientemente suele sindicarse a la griega como la civilización que concibió la noción de “democracia” - en occidente - la emergencia de regímenes sustentados en la “representación popular” tal como los conocemos en la actualidad, comenzarán a surgir hacia fines del siglo XVIII merced a las aspiraciones de un sector social - la burguesía – que en la medida que acumulaba excedentes de capital, aspiraba a obtener espacios de representación en las instancias estaduales.

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HISTORIA REVISADA

Las enfermeras argentinas durante el primer peronismo: Servir a la humanidad.*

Dr. Francisco José Pestanha** y Lic. Melina Aversa *** | Peronismo (1943-1955)
Suele sostenerse con excesiva liviandad que el primer peronismo emergió a la vida del país a consecuencia de la aguda crisis por la que atravesaba el régimen político, económico e institucional eri...

ROCA Y LA CUESTION NACIONAL

Arturo Jauretche | Civilización? (1852-1916)
En la revolución del 74, el Ejército Nacional liquida definitivamente los restos del ejército de facción de (Bartolomé) Mitre y en la Revolución del 80, la oligarquía porteña es derrotada y el Ejér...

Lejos del libre comercio, cerca del proteccionismo -Don Juan Manuel de Rosas y la ley de Aduanas

Federico Gastón Addisi | Condeferacion Argentina (1828-1852)
En tiempos donde por estas pampas parece arreciar el modelo liberal, y suena a tambor redoblante la amenaza del tratado de libre comercio conocido como Alianza del Pacífico, y su hermano mayor (por...

De comando civil antiperonista a militante montonero: un peregrinaje recurrente

Aldo Duzdevich | Resistencia (1955-1972)
Mesa de café de viejos militantes setentistas, recurrentemente hablando de historias. Alguien inicia una frase en tono de confesión: “Bueno...yo en el 55...estuve con los comandos civiles”. Par...

"Operación Judas"*

Prensa Nacional Alternativa | Resistencia (1955-1972)
Augusto Timoteo Vandor, El Lobo, ex suboficial de la Armada Argentina, nacido en 1923 en Bovril, un pueblo entrerriano donde se aquerenció don Roberto Vandor -y su esposa Alberta-, un labriego f...

*Documento inédito Septiembre de 1973 José Ignacio Rucci se dirige a los trabajadores a pocas horas del triunfo electoral y de su cruel asesinato...

Prensa Nacional Alternativa | Volvió Peron (1972-1976)
Para LR2 Radio Argentina y La noche de los compañeros y a pocas horas del triunfo peronista, el secretario general de la CGT, compañero José Ignacio Rucci se dirige a los trabajadores y al puebl...

EVA PERON: ENTRE LA SACRALIZACION Y EL MITO

Francisco Pestanha | Peronismo (1943-1955)
“El futuro que, sin lugar a duda recordará y juzgará el destino admirable de esta mujer, advertirá que no usufructuó ella de las circunstancias, sino que las circunstancias usufructuaron de ella co...

Manuel Dorrego y los magistrados de la historia

El fusilamiento del Coronel Don Manuel Dorrego el 13 de diciembre de 1928, no solamente detonó una serie de acontecimientos políticos que contribuyeron a potenciar el ascenso de Juan Manuel de Rosa...

LA ACTUALIDAD DESDE ACÁ

LA HISTORIA OFICIAL, CLARÍN Y UN PLUMÍFERO

Jorge Oscar Sule | Cultural y Educativa
Cuando ya creíamos apagadas las grotescas alucinaciones contra Rosas, fruto del acalorado partidismo político post Caseros, vemos aparecer entre las cenizas de la historia oficial alg...

¿El peronismo bipartidista?

Federico Gastón Addisi | Peronista
Los intentos por instaurar un Nuevo Orden Mundial hacen sentir sus consecuencias en forma recurrente sobre la ya debilitada soberanía del estado-nación. Ni hablar si los estados mencionados pertene...

Un proyecto para ser nación

Francisco Pestanha | Política Nacional
" Debemos cuidar nuestros recursos naturales con uñas y dientes de la voracidad de los monopolios internacionales, que los buscan para alimentar un tipo absurdo de industrialización y desarrollo ...

Zoncera Nº 46: “Perón Jefe”

Francisco Pestanha, Sergio Arribá y Mariela Montiel | Peronista
"Para conducir un pueblo la primera condición es que uno haya salido del pueblo, que sienta y piense como el pueblo. El conductor siempre trabaja para los demás, jamás para él. Hay que vivir junto ...

Ataquen a Isabel o a lo último que queda de Perón

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No es ninguna novedad la continua persecución y proscripción que soporta el verdadero Movimiento Peronista –entiéndase no pejotismo- y por sobre todas las cosas el pensamiento de nuestro recordado ...

El Peronismo Que Vive Con Peron Y El Que Quieren Los Peronistas

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Ayer, 6 de Julio de 2009 amaneció lluvioso, terminé de garabatear los últimos toques de la nota sobre la derrota peronista del 28 de Julio de 2009, si es que se le puede llamar derrota, ya que, si ...

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El presidente venezolano murió víctima de un penoso mal. Una enfermedad de nombre pequeño terminó con un gran hombre.  El 5 de marzo empezaron los análisis:...

El revisionismo hoy

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"... Que no te cuenten los libros lo que está pasando afuera..."Joan Manuel Serrat. Consideraciones preliminares A modo de aclaración debo manifestar que si bien desarrollo cierta actividad acadé...