EL RECLAMO DE LOS TRABAJADORES ES NO SABER LOS FINES DEL MODELO ECONOMICO DEL CUAL TANTO SE HABLA Y POCO SE CONOCE
Todos escuchan o leen entre líneas los fundamentos de la Señora Presidenta y el Líder del Sindicato de Camioneros y Secretario General de una CGT con relación a sus diferentes puntos de vista sobre la actualidad económica de argentina y su próximo futuro con respeto a su ubicación en un mundo convulsionado.
La Presidenta ubica su discurso sobre la posición tomada respecto a la diferencia de su plan económico con el que imperaba y terminó en forma desafortunada en el año 2001 y conjetura sobre la difícil situación que encierra en la debacle a toda Europa aunque limita sus palabras en no asociar a esta postura al país capitalista con mayor deuda externa como lo es los EEUU, discursos a los cuales muchos no pueden responder al no conocer los alcances finales de este modelo al cual según sus propias palabras debemos apoyar porque cambió la forma de vivir de hace 10 años y hoy poseemos muchos mas puestos de trabajo.
Y muy posiblemente tenga razón si miramos solamente que hoy muchos que eran desempleados hace 10 años hoy tengan trabajo o si contamos los que se vuelven al país después de haberlo abandonado en busca de mejoras individuales nos encontraremos con una respuesta seductora.
Esto tiene un interesante valor estadístico que sirve solamente para hacer política.
Pero cual es el verdadero plan estratégico que dará sus resultados en años subsiguientes, porque la estatización de parte de YPF no partió de un plan premeditado sino de una acción económica de vaciamiento lo cual nos llevó a realizar una inversión en dinero que hasta ahora no se conoce, el traspaso del dinero de los jubilados de las AFJP según la propia presidenta fue una idea del actual vicepresidente Amado Boudou y nunca una planificación económica aunque no deje de ser un acierto económico conceptual del actual gobierno .
Los que venimos desde hace rato intentando desarrollar un peronismo abierto a la ciudadanía nos encontramos sin respuesta ante el futuro que se avecina el cual puede ser arrollado por la crisis del mundo o beneficiado por los nuevos lazos políticos y económicos que se han abierto en forma regional, pero todo es una duda con la consabida responsabilidad en parar o implantar la acción de importar o exportar, es decir una constante pelea de marchas y contramarchas, que pueden ser lógicas, pero nadie sabe nada, porque no hay ningún tipo de conexión entre Estado, trabajadores y militantes políticos ¿o algunos si saben? los cuales siempre estuvieron presentes en los momentos difíciles por los cuales atravesó el Movimiento Justicialista cuando le tocó gobernar al país exceptuando algunos momentos.
En el caso del dirigente camionero, sus solicitudes no son la excepción sobre las problemáticas que plantea en sus diferentes discursos, en algunos se puede estar de acuerdo y en otros no, lo que no se puede obviar la verdad de sus reclamos que se refieren al quite de un impuesto que finalmente encierra un aumento salarial, pero como su pedido es de un dirigente sindical es lógico que lo realice siempre y cuando los gremios a los que dice representar hayan tomado nota de los pasos que seguirá la conducción obrera a la cual pertenece, solamente en los reclamos políticos cada uno reparará si está de acuerdo o no.
Pero dentro de estos, a veces distorsivos discursos, debemos naufragar los que queremos conocer el plan de gobierno, y la captación del lugar que deben ocupar los trabajadores en la aceptación del plan que debería hacerse conocer para un mayor reconocimiento por lo que uno debe estar preparado para conseguir un final beneficioso.
Y llega el momento donde comienzan las dudas según los discursos que se escuchan de cada uno de los diferentes funcionarios, por ejemplo, nos sorprende que por cadena nacional nos enteramos que la Provincia de Buenos Aires recibió 400 mil millones de pesos en casi diez años de gobiernos de Felipe Solá y Daniel Scioli y los que razonamos enseguida comenzamos a sacar cuentas de quienes fueron los que tienen mas responsabilidad que otro, pero también queremos deducir cuanto es que le corresponde no solamente a nuestra provincia sino a todas por el sistema de Coparticipación Federal, tema incorporado a la Constitución Nacional en 1994 que nunca se trató, a sabiendas que a la Provincia de Buenos Aires le sacaron unos cuantos puntos de coparticipación el cual no debe recuperar sacándolo de otra provincia sino que es el propio Gobierno Nacional quien debe hacer su propio ajuste y así federalizar los conceptos económicos de nuestras provincias si este es realmente el pensamiento económico del plan al cual vuelvo a repetir, no se conoce.
No creo que este tipo de posicionamientos conduce a buen puerto, lo que puedo asegurar que en 1974 los trabajadores sabíamos por propia voz del gobierno, en este caso Don Julián Licastro el ideólogo de los Cursos de Capacitación Política, económica y Gremial, que el General Perón había dado su aceptación como Ministro de Economía del Señor Bel Gelbard “porque era el mal menor” en el sistema económico, y estas eran las verdaderas palabras que se manifestaban en los cursos en los diferentes gremios de la zona San Martín-Tres de Febrero a los cuales concurrí asiduamente porque se explicaba directamente la verdad sin ningún tipo de vueltas le guste a quien le guste.
Y así nos enteramos del Plan Trienal ¿Lo preparó Perón? ¿Lo preparó Bel Gelbard? No importa, ni interesa, ese era el plan apoyado políticamente por el Movimiento Nacional Justicialista y los partidos políticos que integraban el Frente Justicialista de Liberación.
Se repartieron millones de gacetillas con la explicación y todo el mundo sabía hasta donde llegaban sus derechos y donde comenzaban los de los otros, después de 18 años volvíamos a saber cuales eran los destinos de la nación.
Ahora se nos presenta una porfía que involucra tanto a la Señora Presidenta, Scioli, Moyano, Caló o quien quiera participar como funcionario o como adherente a este gobierno, debemos tener las puertas abiertas a todos, pero deben conocer con lógica autenticidad que esto es para trabajar, el que pretenda hacer un negocio particular debe entender que se ha equivocado de lugar y Ud., Señora Presidenta sabe muy bien quien ha defeccionado en este momento, pero debe tener en cuenta las palabras de la Compañera Evita que sintetizo en su libro “Mi Mensaje” a todos aquellos que arrimaban al General su osamenta solamente para la foto, el día de las armas guardadas en la CGT compradas por Evita, la mayoría eran trabajadores que se jugaban la vida por su General y estas situaciones deben servir para tener en cuenta para un futuro y saber quien va a sacar la cara por las acciones del gobierno.
Pero para aclarar aún mas lo que quiero explayar en las próximas líneas esta delimitado los alcances del ante último Plan Trienal del General Perón porque el último, MODELO ARGENTINO PARA UN PROYECTO NACIONAL Nadie de los que gobierna se preocupó por leerlo, aún cuando juran y perjuran que darían la Vida Por Perón, son las macanas de los que luchan por la sillita de oro, y dicen, contradicen y especulan con las palabras de otro, no tuvieron un libro de Perón en sus manos y nunca entenderán que hay que “…ser artífices de nuestro propio destino, y nunca instrumento de la ambición de nadie”.
El Plan Trienal
La estrategia económica diseñada por el ministro Gelbard, constituía la expresión del proyecto político de Perón en esa área. Gelbard era un representante del empresariado nacional, y su presencia en el gabinete resultaba fundamental para la consolidación del Pacto Social. Pero además, sus contactos económicos en Europa Oriental lo convertían en la llave para la obtención de nuevos mercados donde colocar los productos argentinos, a la vez que nuevas fuentes para la obtención de tecnología e insumos industriales.
El 27 de diciembre de 1973 Perón se hace presente en la Confederación General del trabajo para explicar los alcances del Plan Trienal a los dirigentes sindicales.
Esto último era esencial para que el país pudiera afrontar la crisis petrolera, que ya se cernía sobre las economías occidentales. Implicaría también el incremento de la capacidad de negociación de la Argentina frente a sus clientes y proveedores tradicionales. En general, puede decirse que el proyecto de Gelbard buscaba impulsar el desarrollo autónomo del país, basándose en un acuerdo entre el Estado, el empresariado nacional y el Movimiento Obrero, que permitiera avanzar en un proceso de redistribución de la riqueza y en una creciente apertura al mercado europeo y socialista y al Tercer Mundo.
Se pretendía estimular el crecimiento económico, buscando desplazar a los monopolios extranjeros en los sectores prioritarios, haciendo posible un mayor control del aparato productivo por parte del Estado y las empresas de capital nación
El general Perón procede al análisis del Plan Trienal, en una reunión con el ministro de Economía y otros integrantes del equipo económico, el 17 de diciembre de 1973.
El Plan Trienal 1974-77, que el general Perón presentaría al país el 21 de diciembre de 1973, detallaba los principales objetivos y preveía los instrumentos que permitirían alcanzarlos. Así, expresaba: El plan se propone que el dinamismo de la economía se vaya trasladando de los monopolios extranjeros, como ha ocurrido durante el último período, hacia el conjunto del sector productivo nacional, el Estado y los empresarios nacionales". En este sentido, el principal punto de mira previsto era la industria: la Argentina debía avanzar en el proceso sustitutivo de importaciones, con predominante participación del empresariado nacional.
La otra meta principal del Plan se refería a la “…puesta en marcha de un proceso gradual y acelerado de distribución del ingreso nacional que restituye a los asalariados una participación justa en el ingreso nacional”. Pero si bien el Plan preveía un rápido crecimiento del consumo del sector asalariado -que obraría expandiendo el mercado interno-, también contemplaba estímulos adicionales que hicieran posible el incremento de la inversión y la producción: se pretendía “... alcanzar un ritmo medio de crecimiento de la producción de bienes y servicios del orden del 7,5% acumulativo por año, lo cual significa prácticamente duplicar la tasa de crecimiento del año anterior (...) ese elevado ritmo de crecimiento de la economía se apoya en una alta tasa de crecimiento de la inversión.”.
El mecanismo previsto para avanzar en la redistribución del ingreso, era el de producir ajustes salariales por encima del incremento de los precios, controlando estos últimos a través del Pacto Social. En cuanto a la inversión, se la estimularía compensando los mayores costos salariales mediante dos expedientes: el mantenimiento de un tipo de cambio bajo, que abaratara las compras externas de insumos y bienes de capital (pero con un régimen de importaciones selectivo, que brindara protección a la industria local), y la instrumentación de una serie de estímulos fiscales y crediticios que hicieran posible una sostenida expansión de las exportaciones de manufacturas, principalmente dirigidas a los nuevos mercados.
En cuanto al estímulo de la inversión privada, se contaría asimismo con la Ley de Promoción Industrial, que permitiría favorecer con exenciones impositivas y facilidades crediticias a las empresas nacionales que efectuaran radicaciones importantes en ramas de interés, y en especial en el interior del país.
La nacionalización de los depósitos bancarios, por otra parte, contemplaba reorientar la política de crédito, volcando el ahorro nacional a los sectores donde resultara prioritario. En cuanto al Estado, el Plan reconocía que su función "... como regulador de la conducta de los agentes económicos y de la comunidad en su conjunto se considera esencial a la política de desarrollo". Su acción se consideraba privativa en los sectores infraestructurales como transportes y energía.
En este último aspecto, se preveía una rápida expansión de la actividad de YPF, a fin de avanzar el autoabastecimiento petrolero. Asimismo, la acción estatal tendría carácter predominante en otros sectores básicos como metalurgia o petroquímica, en los que se requerían inversiones cuantiosas y poco remunerativas a corto plazo (por lo que la inversión privada no acudiría en medida suficiente).
Perón anuncia el Plan Trienal para la reconstrucción y la Liberación Nacional. (21 de diciembre de 1973).
A fin de dotar al Estado del dinamismo y la capacidad de gestión necesaria, se contemplaba la creación de la Corporación de Empresas Nacionales, que planificaría y armonizaría la acción de las mismas. Se requería también -y así lo expresaba el Plan Trienal- emprender un esfuerzo de modernización y desburocratización, que permitiera alcanzar los niveles de eficiencia indispensables.
Para obtener los recursos necesarios, que hicieron posible la expansión de la inversión pública, se esperaba aumentar sustancialmente los ingresos fiscales. Para ello, debería adecuarse la política tributaria, que cumpliría la triple función de instrumento de redistribución de ingresos, promoción de la actividad económica y
En cuanto al capital extranjero, no se desdeñaba su aporte. Perón confiaba en el concurso de inversiones europeas para suplir las insuficiencias del ahorro interno. Sin embargo, se consideraba que asumiría una función suplementaria y no protagónica, como correspondía a un modelo de desarrollo independiente. La ley de Radicación de Capitales Extranjeros regulaba las condiciones de las posibles radicaciones, priorizando aquellas que desarrollaran programas de exportación con alto valor agregado.
El agro debería soportar gran parte del esfuerzo de desarrollo. Ese sector tendría que proveer buena parte de las divisas necesarias para el crecimiento de la industria, a la vez que el mantenimiento del dólar subvaluado representaba una merma en sus ingresos y una transferencia hacia el sector manufacturero. A efectos de estimular el crecimiento de la producción agropecuaria, se había diseñado una legislación cuyo pivote era la Ley de Impuesto a la Renta Normal Potencial de la Tierra. Dicha ley disponía que las unidades de producción tributaran en base a su rendimiento medio, técnicamente evaluado. Quien superara esa estimación se beneficiaría pagando menos impuestos. El productor que, en cambio, no alcanzara dicho promedio, se vería penalizado.
El 18 de octubre de 1973, Perón mantiene una entrevista especial con el nuevo secretario general de la CGT, Adelino Romero.
Todo ese conjunto de instrumentos y políticas específicas, no dejaba de lesionar diversos intereses ligados a los grupos de poder tradicionales: la oligarquía agropecuaria y la gran burguesía monopólica, financiera e industrial. Para que su aplicación fuera exitosa, era preciso encararla con la máxima coherencia y energía. Esto exigía, a su vez, un frente nacional bien cohesionado y una acumulación de poder político que sólo Perón parecía capaz de articular.
El mecanismo previsto para avanzar en la redistribución del ingreso, era el de producir ajustes salariales por encima del incremento de los precios, controlando estos últimos a través del Pacto Social. En cuanto a la inversión, se la estimularía compensando los mayores costos salariales mediante dos expedientes: el mantenimiento de un tipo de cambio bajo, que abaratara las compras externas de insumos y bienes de capital (pero con un régimen de importaciones selectivo, que brindara protección a la industria local), y la instrumentación de una serie de estímulos fiscales y crediticios que hicieran posible una sostenida expansión de las exportaciones de manufacturas, principalmente dirigidas a los nuevos mercad:
En cuanto al estímulo de la inversión privada, se contaría asimismo con la Ley de Promoción Industrial, que permitiría favorecer con exenciones impositivas y facilidades crediticias a las empresas nacionales que La nacionalización de los depósitos bancarios, por otra parte, contemplaba reorientar la política de crédito, volcando el ahorro nacional a los sectores donde resultara prioritario. En cuanto al Estado, el Plan reconocía que su función "... como regulador de la conducta de los agentes económicos y de la comunidad en su conjunto se considera esencial a la política de desarrollo". Su acción se consideraba privativa en los sectores infraestructurales como transportes y energía.
Documentos:
Juan Perón 1973/1974 Todos sus discursos, mensajes y conferencias. Desde el 1/09 hasta 31/12/1973
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