Carta a Tcrel. D. José Luis Capella (25-06-1966)
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Escrito por Juan Domingo Perón
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El presidente Chávez presentó ante el Parlamento de Venezuela su informe sobre la actividad realizada en 2011 y el programa a ejecutar en el año actual. Después de cumplir rigurosamente las formalidades que demanda esa importante actividad, habló en la Asamblea a las autoridades oficiales del Estado, a los parlamentarios de todos los partidos, y a los simpatizantes y adversarios que el país reúne en su acto más solemne.
Claudio Díaz ya no está entre nosotros. Esta es una verdad que aunque lastime en lo profundo del alma resulta a las luces irremediable. Pero a diferencia de otras ausencias, la de Claudio se ha transmutado en aquel tipo de presencias que nos aleccionan y nos impulsan a continuar con la lucha entablada. Es presencia por el aliento eterno de sus convicciones, de su autenticidad, de su coherencia, de su fe, de su militancia, de su humildad, y por qué no, de sus obsesiones, pero no de aquellas que enmudecen y paralizan, sino de las que excitan y desafían.
Alberto Curotto, un viejo militante peronista contaba una anécdota ocurrida en el Ministerio de Trabajo con el Interventor Militar de la dictadura, decía que un día lo había llamado a su despacho y sin mediar ninguna conversación anterior le espetó casi autoritariamente ¡¡Así que usted es Peronista!! No, contestó Curotto, usted está equivocado ¡¡Yo soy muy Peronista!!.
Esta colación viene porque alguno puede pensar que repasando la lectura del General Perón crea que uno está en contra del Gobierno Nacional, todo lo contrario, lo que nosotros pretendemos es que ninguno saque los "pies del plato" que és justamente lo que indicaba el General, por lo tanto, volver al seno del verdadero peronismo no es otra cosa que señalar algunos casos donde puede haber alguna falencia aprovechada por el enemigo de siempre: La oligarquía Argentina, que así la denominó Evita.
A principios del siglo pasado el pensador mexicano José Vasconcelos sugería que:“Todo parece indicar que (…) llegaremos en América, antes que en parte alguna del globo, a la creación de una raza hecha con el tesoro de todas las anteriores, la raza final, la raza cósmica”. Dicha reflexión enunciada en el prólogo de su libroLa Raza Cósmica, Misión de la raza iberoamericana, constituyó en su época el producto de un profundo y meditado análisis del fenómeno de mixturación étnica y cultural que venía operándose en nuestro continente, indicando además que una modalidad civilizacional novedosa y esperanzadora, se estaba gestando en estos lares.
El pasado año, un gremialista forjado en lo que todavía queda del molde de un sindicalismo peronista doctrinariamente ortodoxo movió el avispero de la matrix mediática, política y cultural al proclamar vos en jarro, y seguramente con un tono aguardentoso, que cierto sindicalismo alternativo representaba una especie de zurda loca.
El bestiario anestesiado en el sopor de lo políticamente correcto se vio de golpe sacudido de un tirón y arrojado de esa siesta de pachorra intelectual custodiada por lo medios de comunicación masiva, las cátedras universitarias, los estrados judiciales y financiada desde los sectores patronales y de “filantrópicas” ongs del dinero.
Los lectores de "La Nación" suelen escandalizarse, a menudo, con las demoras de los vuelos de Aerolíneas, los embotellamientos de tránsito y las declaraciones de algún funcionario. Muchas veces no les falta la razón, pero nos preguntamos por qué no manifiestan similar susceptibilidad cuando en las páginas principales se publican los libelos de algunos publicistas; auto referenciados como "profesionales de las historia" - que manifiestan desdén por sus colegas con un leguaje descalificatorio y provocativo – quienes porfían en reiterar inexactitudes sepultadas en el basural de la historia. Ahora baten el parche con el éxodo de pilotos y la pauperización presupuestaria de las FF.AA. que pondrían a nuestro país en un estado de indefensión. La preocupación sería legítima si se considera al sector castrense como el brazo armado de la sociedad, para la defensa de su integridad territorial y la defensa de sus recursos. Pero al parecer "La Nación" no lo entiende de esta forma, según se desprende de sendos artículos publicados el 6 del cte., en relación con la conmemoración de la Batalla de Obligado, donde se considera a la misma, junto con Malvinas, el fruto de un nacionalismo de características patológicas, pues hablar de soberanía, en estos tiempos globalizados, es un anacronismo y un desatino. En realidad, para la mentalidad de los tenderos, nunca fueron cuerdas las luchas anticoloniales.
A veces hablamos con jóvenes militantes del peronismo, del frente de todos, de sindicatos o movimientos sociales, etc., y se da en mas de los que se cree un fuerte desprecio, a la formación política, a la formación integral de un cuadro político, sindical, o social.
.....Al país no lo jodió las alpargatas, le hizo mal las incitaciones de los libros aviesos, la falsa ilustración, el tono de engolamiento doctrinario, el abuso de la palabra como instrumento de oprobio y su perduración aciaga en las columnas periódicas y en el libro. Palabra emponzoñada, enfardada en odio y resentimiento, proclamada y reiterada hasta el hartazgo por un escritor erudito, aspirante a “scholar”, cuya difusión semicosmopolita se debe a razones extraculturales (director de la biblioteca de Estado más importante del hemisferio austral, “viajero” anglosajón de su propio país, arcángel Miguel de la milicia democrática contra el dominio oscuro de Satán-Perón. Cultivo moroso del culto gardeliano a la “viejita”, frecuentación de un “entourage” de `poetisas y poetastros semiinstruídos, etc. etc.) En suma, los mitos de Pasternak y Solshenitzin, trasladados al subdesarrollo de una colonia intelectual europea.
Peronismo, identidad y fractura
Con la palabra «peronismo» suele definirse erróneamente al Partido Justicialista, que en realidad sólo es una herramienta electoral al servicio de una comunidad mucho mayor, de composición movimientista. A la vez, bajo el mismo nombre, se hacen generalizaciones que incluyen una larga serie de apellidos seguidos del sufijo “ismo”, como si cada uno de ellos involucrara, sin más, al conjunto.
Desde hace mucho tiempo este titulo tiene un lugar en la historias de los pueblos. Esta ambivalencia se fue dando en las diferentes sociedades y en las mas diversas culturas, a pesar que en la argentina se llegó a definir innegablemente por los años 55, con la palabra, “gorilas”. Así se denominaban a aquellos protagonistas que anteriormente Evita los llamara la “oligarquía nacional”, personajes de frondosos poder adquisitivo a los cuales no se podía tocarles un peso según la vieja tradición liberal y conservadora.
Se avecinan momentos de efervescencia en la política argentina. Algunos creerán que tiene que ver con la ya insostenible situación de crisis a la que los Newman Boys nos han llevado. La pena, el dolor y la fuerte crisis nos amenaza, pero no nos asusta. Otros tantos porque como novela creen puede revertir el mazazo popular de las Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias en las próximas elecciones de octubre. Pero no, el pueblo hizo tronar el escarmiento.
Las elecciones son esto. Dejan infinidad de muertos, rezagados, perdedores, heridos, pero también victoria, esperanza, decisión, compromiso y unidad. Y mensajes, muchos. Nada de esto es entendible si los acontecimientos vividos se separan de la realidad histórica que vamos elaborando en esta vorágine vital, y cómo asume cada personaje su lugar en esa historia.
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LA VIDA POR PERÓN
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