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MENSAJE DEL TENIENTE GENERAL JUAN PERON 21 DE JUNIO DE 1973

21 DE JUNIO DE 1973 (Día siguiente del retorno definitivo a la Patria). Deseo comenzar estas palabras con un saludo muy afectuoso al Pueblo Argentino. Llego del otro extremo del mundo con el corazón abierto a una sensibilidad patriótica que sólo la larga ausencia y la distancia pueden avivar hasta su punto más alto. Por eso, al hablar a los argentinos lo hago con el alma a flor de labio y. deseo que me escuchen también con el mismo estado de ánimo.. Llego casi desencarnado. Nada puede perturbar mi espíritu porque retorno sin rencores ni pasiones, como no sea la pasión que animó toda mi vida: servir lealmente a la Patria. Y sólo pido a los argentinos que tengan fe en el Gobierno justicialista, porque ése ha de ser el punto de partida para la larga marcha que iniciamos. Tal, vez la iniciación de nuestra acción pueda parecer indecisa a Imprecisa, pero hay que‑ tener en cuenta las circunstancias en las que la iniciamos.. La situación del país es de tal gravedad que nadie puede pensar en una reconstrucción en la que no debe participar y colaborar. Este problema como ya lo he dicho muchas veces, o lo arreglamos, entre todos los argentinos o no lo arregla nadie. Por eso, deseo hacer un llamado a todos, al fin y al cabo hermanos, para que comencemos a ponernos de acuerdo. Una deuda externa que sobrepasa los 6.000 millones de dólares y un déficit cercano á los tres billones de pesos, acumulados en estos años, no han de  cubrirse en meses, sino en años. Nadie ha de ser unilateralmente perjudicado, pero tampoco ninguno ha de pretender medrar con el perjuicio o la desgracia ajena. No son estos días para enriquecerse desaprensivamente, sino para reconstruir la riqueza común, realizando a una comunidad en la que cada uno tenga la posibilidad de realizarse. El Movimiento Justicialista, unido a todas las fuerzas políticas, sociales. Económicas y militares que ,quieran acompañarlo en su cruzada, de liberación y reconstrucción del país, jugara su destino dentro de la escala de valores establecida primero la Patria, después el Movimiento y luego los hombres en un gran movimiento nacional y popular que pueda respaldarlo. Tenemos una revolución que realizar, pero para que ella sea válida ha de, ser de construcción pacífica y sin que cueste la vida de un solo argentino. No estamos en condiciones de seguir destruyendo frente a un destino preñado de acechanzas y peligros. Es preciso volver a lo que en su hora fue el apotegma de nuestra creación: "de casa al trabajo y del trabajo a casa". Sólo el trabajo podrá redimirnos de los desatinos pasados. Ordenemos primero nuestras cabezas y nuestros espíritus. Reorganicemos al país y dentro de él al Estado que preconcebidamente se ha pretendido destruir y que debemos aspirar a que sea lo mejor que tengamos para corresponder a un Pueblo que ha demostrado ser maravilloso Para ello elijamos los mejores hombres, provengan de donde provinieren, acopiemos la Mayor cantidad de materia gris, todo juzgado por sus genuinos valores en plenitud y no por subalternos intereses políticos, influencias personales o bastardas concupiscencias. Cada argentino ha de recibir una misión en este esfuerzo de conjunto. Esa misión será. Sagrada cada uno y su importancia estará, más que nada en su cumplimiento. En situaciones como la que vivimos, todo puede tener influencia decisiva y así como los cargos honran al ciudadano, éste también debe ennoblecer los cargos. Si en las Fuerzas Armadas de la República, cada ciudadano, de general a soldado, está dispuesto a morir tanto en defensa de la soberanía nacional como del orden constitucional establecido, tarde o temprano han de integrarse al Pueblo que ha de esperarlas con los brazos abiertos como se espera a un hermano que retorna al hogar solidario de los argentinos. Necesitarnos una, paz constructiva sin la cual podemos sucumbir como Nación. Que cada argentino, sepa defender esa paz salvadora por todos los medios, y si alguno pretendiera alterarla con cualquier pretexto, que se le opongan millones de pechos y se alcen millones de brazos para sustentarla con los medios que sean. Sólo así podremos cumplir nuestro destino. Hay que volver al orden legal y constitucional como única garantía de libertad y justicia. En la función pública no ha de haber cotos cerrados de ninguna clase y el que acepte la responsabilidad ha de exigir la, autoridad que necesita para defenderla dignamente. Cuando el deber está por medio los hombres no cuentan sino, en la medida en que sirvan mejor a ese deber. La responsabilidad no puede ser patrimonio de los  amanuense Cada argentino piense como piense y sienta como sienta, tiene el inalienable derecho a vivir en, seguridad y pacíficamente. El Gobierno tiene la insoslayable obligación de asegurarlo. Quien altere este principio de la convivencia, sea de un lado o. de otro, será el enemigo común que debemos combatir sin tregua, porque no ha de poderse hacer nada en la anarquía que la debilidad provoca o en la lucha que la intolerancia desata. Conozco perfectamente lo que está ocurriendo el país. Los que crean lo contrario se equivocan. Estamos viviendo las consecuencias de una postguerra civil que, aunque desarrollada embozadamente no por eso ha dejado de existir. A ello se le suma las perversas intenciones de los factores ocultos que, desde la sombra, trabajan sin cesar tras designios no por inconfesables menos reales. Nadie puede pretender que todo esto cese de la noche a la mañana pero todos tenemos el deber ineludible de enfrentar activamente a esos enemigos, si no querernos perecer en el infortunio de nuestra desaprensión o incapacidad culposa. Pero el Movimiento Justicialista, que tiene una trayectoria y una tradición, no permanecerá frente a tales intentos y nadie podrá cambiarlas a espaldas del Pueblo que las ha afirmado en fecha muy reciente y, ante la ciudadanía que comprende también cuál es el camino que mejor conviene a la Nación Argentina. Cada uno será lo que deba ser o no será nada. Así como antes llamamos a nuestros compatriotas en "La Hora del Pueblo". "El Frente Cívico de Liberación" y "El Frente Justicialista de Liberación", para que mancomunando nuestros ideales y nuestros esfuerzos pudiéramos  pujar por una Argentina mejor, el Justicialismo, que no ha sido nunca ni sectario ni excluyente, llama hoy a todos los argentinos, sin distinción de banderías, para que todos solidariamente nos pongamos en la perentoria tarea de la reconstrucción nacional, sin la cual estaremos todos perdidos. Es preciso llegar así, y cuanto antes, a una sola clase de argentinos: los que luchan por la salvación de la Patria, gravemente comprometida en. su destino por los enemigos de afuera y de adentro. Los Peronistas tenemos que retornar a la conducción de nuestro Movimiento. Ponerlo en marcha y neutralizar a los que pretenden deformarlo desde abajo o desde arriba. NOSOTROS SOMOS JUSTICIALISTAS Levantamos una bandera tan distante de uno como de otro de los imperialismos dominantes. No creo que haya un argentino que no sepa lo que ello significa. No hay nuevos rótulos que califiquen a nuestra doctrina ni a nuestra ideología: SOMOS LO OUE LAS VEINTE VERDADES PERONISTAS DICEN. No es gritando la vida por Perón que se hace Patria, sino manteniendo el credo por el cual luchamos. Los viejos peronistas lo sabemos. Tampoco lo ignoran nuestros muchachos que levantan nuestras banderas revolucionarias. Los, que pretextan lo inconfesable, aunque cubran sus falsos designios con gritos engañosos, o se empeñen peleas descabelladas, no pueden engañar a nadie Los que no comparten nuestras premisas, si se subordinan al veredicto de las urnas tienen un camino honesto para seguir en la lucha que ha de ser para el bien y la grandeza de la Patria, no para. su desgracia. Los que ingenuamente. piensan   que pueden copar a nuestro Movimiento o tomar el poder que el Pueblo ha reconquistado . se  equivocan. Ninguna simulación o encubrimiento, por ingeniosos que sean, podrán engañar a un Pueblo que ha sufrido. lo que el nuestro y que está animado por una firme voluntad de vencer. Por eso, deseo advertir a los que tratan de infiltrarse en los estamentos  populares o estatales, que por ese camino van mal. Así, aconsejo a todos ellos tomar el único camino genuinamente nacional: cumplir con nuestro deber de argentinos sin dobleces ni designios inconfesables. Nadie puede ya escapar a la tremenda experiencia que los años y el, dolor y los sacrificios han grabado a fuego en nuestras almas y para siempre Tenemos un país que a pesar de todo no han podido destruir, rico en hombres y rico en bienes. Vamos a ordenar el Estado y todo lo que de el dependa que pueda sufrir depreciaciones y olvidos. Esa será la principal tarea Mi Gobierno. El resto lo hará el Pueblo Argentino, que en los años que corren ha demostrado una madurez y una capacidad superior a toda ponderación. En el final de este camino está la Argentina potencia, plena de prosperidad, con habitantes que puedan gozar del más alto "standard" de vida, que la tenemos en germen y que sólo debemos realizaría. Yo quiero ofrecer mis últimos años de vida en un logro que es, toda mi ambición; sólo necesito que los argentinos lo crean y me ayuden a cumplirla. La inoperancia, en los momentos que tenemos que vivir, es un crimen de lesa Patria. Los que estamos en el país tenemos el deber de producir, por lo menos, lo que consumimos. Esta no es hora de vagos ni de vagos ni de inoperantes. Los científicos, los técnicos, los artesanos y los obreros que estén fuera del país deben retornar a él a fin de ayudarnos en la reconstrucción que estamos planificando y que hemos de poner en ejecución en el menor plazo. Finalmente, deseo exhortar a todos mis compañeros peronistas para que, obrando con la mayor grandeza, echen a la espalda los malos recuerdos y se dediquen a pensar en el futuro y en la grandeza de la Patria, que bien puede estar desde ahora en nuestras propias manos y en nuestro ,propio esfuerzo. A los que fueron nuestros adversarios, que acepten la soberanía del Pueblo, que es la verdadera soberanía, cuando se quiere alejar el fantasma de los vasallajes foráneos, siempre más indignos y costosos. A los enemigos, embozados, encubiertos o, disimulados, les aconsejo que cesen, en sus intentos, porque cuando los pueblos agotan su paciencia suelen hacer tronar el escarmiento. Dios nos ayude, si somos capaces de ayudar a Dios. La oportunidad suele pasar muy ligero. ¡Guay de los que carecen de sensibilidad e imaginación para percibirla! Un grande y cariñoso abrazo para todos mis compañeros, y un saludo afectuoso. y lleno de respeto para el resto de los argentinos.

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Discurso 25 de noviembre de 1972 de Perón antes de la conferencia de prensa en el restaurante 'Nino' de Vicente López.

En primer lugar quiero agradecerles la amabilidad que han tenido en llegar hasta acá, a fin de que podamos cambiar un poco ideas. Estas conferencias de prensa en mí tienen la posibilidad de explicar muchas cosas que a menudo resultan inexplicables para los que observan desde lejos o desde afuera los acontecimientos. En segundo lugar yo les ruego que hagan por lo menos cada uno una pregunta, porque si unos hacen muchas preguntas muchos se quedarán sin respuesta, porque el tiempo nos va a apremiar rápidamente. En tercer lugar yo tenía pensado hacer algunas consideraciones, pero en vista de que el tiempo está pasando, prefiero someterlos a ustedes, si quieren, primero a una explicación de conjunto más o menos sobre nuestra posición justicialista o si prefieren directamente entrar a las preguntas y respuestas.

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Mensaje desde Roma antes de partir hacia la Argentina 17 de noviembre de 1972

Deseo que mis primeras palabras sean para hacer presente mi profunda gratitud a Italia, modelo de democracia moderna; a su gobierno, como también a sus instituciones que he visto desempeñarse con tanta eficacia en estos días que he permanecido en Roma; a sus carabineros, sus guardias de finanzas y a la policía de seguridad. Asimismo deseo que mi agradecimiento llegue a la RAI como al periodismo italiano, al que he visto reflejar en sus páginas con una objetividad admirable todas las actividades que me ha tocado desempeñar en Italia.

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Mensaje del 15 de Noviembre de 1972

A mi Pueblo Compañeros peronistas: Pocos podrán imaginar la profunda emoción que embarga a mi alma ante la satisfacción de volver a ver de cerca a tantos compañeros de los viejos tiempos, como a tantos compañeros nuevos, de una juventud maravillosa que, tomando nuestras banderas, para bien de la Patria, están decididos a llevarlas al triunfo.

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Mensaje 7 de noviembre de 1972

A los compañeros peronistas: Antes que noticias mal intencionadas puedan llegar al pueblo argentino, deseo ser yo quien les informe la verdad sobre mi proyectado viaje a la Patria. Me cuesta comprender las causas por las cuales los argentinos no pueden llegar, con un objetivo común, a las soluciones que el país y el pueblo reclaman. La normalización institucional de que se ha hablado, no puede tener inconvenientes, si se la trata y establece de buena fe con la suficiente grandeza y sin intereses bastardos que la interfieran. Si todos deseamos, dentro de esta regla, el bien de la Patria, no me explico las razones que puedan existir para impedirla. El gobierno ha manifestado, por boca de su presidente, que está dispuesto al diálogo y que yo puedo regresar al país cuando y como lo desee, con todas las garantías. Ello me ha impulsado a retomar a la Patria, después de dieciocho años de ostracismo, por si mi presencia allí puede ser prenda de paz y entendimiento, factores que según veo, no existen en la actualidad. Pienso que la situación del país bien impone cualquier sacrificio de sus ciudadanos, si con ello se crea el más leve resquicio de soluciones. Ya van a ser casi treinta años que me encuentro empeñado en alcanzar tales soluciones y anhelo, si ello es posible, prestar quizá mi último servicio a la Patria y a mis conciudadanos. Por eso a pesar de mis años, un mandato interior de mi conciencia me impulsa a tomar la decisión de volver, con la más buena voluntad, sin rencores - que en mí no han sido nunca habituales - y con la firme decisión de servir. Si ello es posible. Por todo ello, pido a mis compañeros que, interpretando mi regreso dentro de tales sentimientos y designios, colaboren y cooperen para que mi misión pueda ser cumplida en las mejores condiciones, en una atmósfera de paz y tranquilidad, indispensables para todo lo que deseamos constructivo. Espero que nuestros adversarios lo entiendan de la misma manera si es que, como nosotros, anhelan terminar con los odios inexplicables y las violencias inconcebibles. Espero, Dios mediante, estar con ustedes el día 17 de noviembre próximo. Hasta entonces un gran abrazo sobre mi corazón.

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Mensaje de Juan D. Perón a los Pueblos y Gobiernos del Mundo

Mensaje de Juan Domingo Perón a los Pueblos y Gobiernos del Mundo – Madrid 1972 Hace casi 30 años, cuando aún no se había iniciado el proceso de descolonización contemporáneo, anunciamos la Tercera Posición en defensa de la soberanía y autodeterminación de las pequeñas naciones, frente a los bloques en que se dividieron los vencedores de la Segunda Guerra Mundial. Hoy, cuando aquellas pequeñas naciones han crecido en número y constituyen el gigantesco y multitudinario Tercer Mundo, un peligro mayor –que afecta a toda la humanidad y pone en peligro su misma supervivencia- nos obliga a plantear la cuestión en nuevos términos, que van más allá de lo estrictamente político, que superan las divisiones partidarias o ideológicas, y entran en la esfera de las relaciones de la humanidad con la naturaleza. Creemos que ha llegado la hora en que todos los pueblos y gobiernos del mundo cobren conciencia de la marcha suicida que la humanidad ha emprendido a través de la contaminación del medio ambiente y la biosfera, la dilapidación de los recursos naturales, el crecimiento sin freno de la población y la sobreestimación de la tecnología, y de la necesidad de invertir de inmediato la dirección de esa marcha, a través de una acción mancomunada internacional. La concientización debe originarse en los hombres de ciencia, pero sólo puede transformarse en la acción necesaria a través de los dirigentes políticos. Por eso abordo el tema como dirigente político, con la autoridad que me da el haber sido el precursor de la posición actual del Tercer Mundo y con el aval que me dan las últimas investigaciones de los científicos en la materia. El ser humano ya no puede ser concebido independientemente del medio que él mismo ha creado. Ya es una poderosa fuerza biológica, y si continúa destruyendo los recursos vitales que le brinda la Tierra, sólo puede esperar verdaderas catástrofes sociales para las próximas décadas. La humanidad esta cambiando las condiciones de vida con tal rapidez que no llega a adaptarse a las nuevas condiciones. Su acción va más rápido que su captación de la realidad y el hombre no ha llegado a comprender, entre otras cosas, que los recursos vitales para él y sus descendientes derivan de la naturaleza y no de su poder mental . De este modo, a diario, su vida se transforma en una interminable cadena de contradicciones. En el último siglo ha saqueado continentes enteros, y le ha bastado un par de décadas para convertir ríos y mares en basurales, y el aire de las grandes ciudades en un gas tóxico y espeso. Inventó el automóvil para facilitar su traslado, pero ahora ha erigido una civilización del automóvil, que se asienta sobre un cúmulo de problemas de circulación, urbanización, seguridad y contaminación en las ciudades, y que agrava las consecuencias de la vida sedentaria. Las mal llamadas "sociedades de consumo" son, en realidad, sistemas sociales de despilfarro masivo, basados en el gasto porque el gasto produce lucro. Se despilfarra mediante la producción de bienes innecesarios o superfluos y, entre estos, a los que deberían ser de consumo duradero, con toda intención se les asigna corta vida porque la renovación produce utilidades. Se gastan millones en inversiones para cambiar el aspecto de los artículos, pero no para reemplazar los bienes dañinos para la salud humana, y hasta se apela a nuevos procedimientos tóxicos para satisfacer la vanidad humana. Como ejemplo bastan los autos actuales que debieran haber sido reemplazados por otros con motores eléctricos, o el tóxico plomo que se agrega a las naftas simplemente para aumentar el pique de los mismos. No menos grave resulta el hecho de que los sistemas sociales de despilfarro de los países tecnológicamente más avanzados funcionan mediante el consumo de ingentes recursos naturales aportados por el Tercer Mundo. De este modo el problema de las relaciones dentro de la humanidad es paradójicamente doble: algunas clases sociales –las de los países de baja tecnología en particular- sufren los efectos del hambre, del analfabetismo y las enfermedades, pero al mismo tiempo las clases sociales y los países que asientan su exceso de consumo en el sufrimiento de los primeros, tampoco están racionalmente alimentados, ni gozan de una auténtica cultura o de una vida espiritual o físicamente sana. Se debaten en medio de la ansiedad y del tedio y los vicios que produce el ocio mal empleado. Lo peor es que, debido a la existencia de poderosos intereses creados o por la falsa creencia generalizada de que los recursos naturales vitales para el hombre son inagotables, este estado de cosas tiende a agravarse. Mientras un fantasma –el hambre- recorre el mundo devorando 55 millones de vidas humanas cada 20 meses, afectando hasta a países que ayer fueron graneros del mundo y amenazando expandirse de modo fulmíneo en las próximas décadas, en los centros de más alta tecnología se anuncia, entre otras maravillas, que pronto la ropa se cortará con rayos láser y que las amas de casa harán sus compras desde sus hogares por televisión y las pagarán mediante sistemas electrónicos. La separación dentro de la humanidad se está agudizando de modo tan visible que parece que estuviera constituida por más de una especie. El ser humano, cegado por el espejismo de la tecnología, ha olvidado las verdades que están en la base de su existencia. Y así, mientras llega a la Luna gracias a la cibernética, la nueva metalurgia, combustibles poderosos, la electrónica y una serie de conocimientos teóricos fabulosos, mata el oxígeno que respira, el agua que bebe y el suelo que le da de comer, y eleva la temperatura permanente del medio ambiente sin medir sus consecuencias biológicas. Ya en el colmo de su insensatez, mata al mar que podía servirle de última base de sustentación. En el curso del último siglo el ser humano ha exterminado cerca de doscientas especies animales terrestres. Ahora ha pasado a liquidar las especies marinas. Aparte de los efectos de la pesca excesiva, amplias zonas de los océanos, especialmente costeras, ya han sido convertidas en cementerios de peces y crustáceos, tanto por los desperdicios arrojados como por el petróleo involuntariamente derramado. Sólo el petróleo liberado por los buques cisterna hundidos ha matado en la última década cerca de 600.000 millones de peces. Sin embargo seguimos arrojando al mar más desechos que nunca, perforamos miles de pozos petrolíferos en el mar o sus costas y ampliamos al infinito el tonelaje de los petroleros sin tomar medidas de protección de la fauna y la flora marinas. La creciente toxicidad del aire de las grandes ciudades es bien conocida, aunque muy poco se ha hecho para disminuirla. En cambio, todavía ni siquiera existe un conocimiento mundialmente difundido acerca del problema planteado por el despilfarro de agua dulce, tanto para el consumo humano como para la agricultura. La liquidación de aguas profundas ya ha convertido en desiertos extensas zonas otrora fértiles del globo, y los ríos han pasado a ser gigantescos desagües cloacales más que fuentes de agua potable o vías de comunicación. Al mismo tiempo, la erosión provocada por el cultivo irracional o por la supresión de la vegetación natural se ha convertido en un problema mundial, y se pretende reemplazar con productos químicos el ciclo biológico del suelo, uno de los más complejos de la naturaleza. Para colmo, muchas fuentes naturales han sido contaminadas; las reservas de agua dulce están pésimamente repartidas por el planeta, y cuando nos quedaría como último recurso la desalinización del mar nos enteramos que una empresa de este tipo, de dimensión universal, exigiría una infraestructura que la humanidad no está en condiciones de financiar y armar en este momento. Por otra parte, a pesar de la llamada revolución verde, el Tercer Mundo todavía no ha alcanzado a producir la cantidad de alimentos que consume, y para llegar a su autoabastecimiento necesita un desarrollo industrial, reformas estructurales y la vigencia de una justicia social que todavía esta lejos de alcanzar. Para colmo, el desarrollo de la producción de alimentos sustitutivos está frenada por la insuficiencia financiera y las dificultades técnicas. Por supuesto todos estos desatinos culminan con una tan desenfrenada como irracional carrera armamentista que le cuesta a la humanidad 200.000 millones de dólares anuales. A este maremagno de problemas creados artificialmente se suma el crecimiento explosivo de la humanidad. El número de seres humanos que puebla el planeta se ha duplicado en el último siglo y volverá a duplicarse para fines del actual o comienzos del próximo, de continuar la actual "ratio" de crecimiento. De seguir por este camino, en el año 2500 cada ser humano dispondrá de un solo metro cuadrado sobre el planeta. Esta visión global está lejana en el tiempo, pero no difiere mucho de la que ya corresponde a las grandes urbes, y no debe olvidarse que dentro de veinte años más de la mitad de la humanidad vivirá en ciudades grandes y medianas. Es indudable, pues, que la humanidad necesita tener una política demográfica. La cuestión es que aún poniéndola en práctica, ya con el retardo con que comenzaremos, no producirá sus efectos antes de fin de la década en materia educativa, y antes del fin de siglo en materia ocupacional. Y que además una política demográfica no produce los efectos deseados si no va acompañada de una política económica y social correspondiente. De todos modos, mantener el actual ritmo de crecimiento de la población humana es tan suicida como mantener el despilfarro de los recursos naturales en los centros altamente industrializados donde rige la economía de mercado, o en aquellos países que han copiado sus modelos de desarrollo. Lo que no debe aceptarse es que la política demográfica esté basada en la acción de píldoras que ponen en peligro la salud de quienes la toman o de sus descendientes. Si se observan en su conjunto los problemas que se nos plantean y que hemos enumerado comprobaremos que provienen tanto de la codicia y la imprevisión humanas, como de las características de algunos sistemas sociales, del abuso de la tecnología, del desconocimiento de las relaciones biológicas y de la progresión natural del crecimiento de la población humana. Esta heterogeneidad de causas debe dar lugar a una heterogeneidad de respuestas, aunque en última instancia tengan como denominador común la utilización de la inteligencia humana. A la irracionalidad del suicidio colectivo debemos responder con la racionalidad del deseo de supervivencia. Para poner freno e invertir esta marcha hacia el desastre es menester aceptar algunas premisas: Son necesarias y urgentes: una revolución mental en los hombres, especialmente en los dirigentes de los países más altamente industrializados; una modificación de las estructuras sociales y productivas en todo el mundo, en particular en los países de alta tecnología donde rige la economía de mercado, y el surgimiento de una convivencia biológica dentro de la humanidad y entre la humanidad y el resto de la naturaleza; Esa revolución mental implica comprender que el hombre no puede reemplazar a la naturaleza en el mantenimiento de una adecuado ciclo biológico general; que la tecnología es un arma de doble filo; que el llamado progreso debe tener un límite y que incluso habrá que renunciar a algunas de las comodidades que nos ha brindado la civilización; que la naturaleza debe ser restaurada en todo lo posible, que los recursos naturales resultan agotables y por lo tanto deben ser cuidados y racionalmente utilizados por el hombre; que el crecimiento de la población debe ser planificado sin preconceptos de ninguna naturaleza, que por el momento más importante que planificar el crecimiento de la población es aumentar la producción y mejorar la distribución de alimentos y la difusión de servicios sociales como la educación y la salud pública, y que la educación y el sano esparcimiento deberán reemplazar el papel que los bienes y servicios superfluos juegan actualmente en la vida del hombre; Cada nación tiene derecho al uso soberano de sus recursos naturales. Pero, al mismo tiempo, cada gobierno tiene la obligación de exigir a sus ciudadanos el cuidado y utilización racional de los mismos. El derecho a la subsistencia individual impone el deber hacia la supervivencia colectiva, ya se trate de ciudadanos o pueblos; La modificación de las estructuras sociales y productivas en el mundo implica que el lucro y el despilfarro no pueden seguir siendo el motor básico de sociedad alguna, y que la justicia social debe erigirse en la base de todo sistema, no sólo para beneficio directo de los hombres sino para aumentar la producción de alimentos y bienes necesarios; consecuentemente, las prioridades de producción de bienes y servicios deben ser alteradas en mayor o menor grado según el país de que se tratare. En otras palabras: necesitamos nuevos modelos de producción, consumo, organización y desarrollo tecnológico que, al mismo tiempo que den prioridad a la satisfacción de las necesidades esenciales del ser humano, racionen el consumo de recursos naturales y disminuyan al mínimo posible la contaminación ambiental; Necesitamos un hombre mentalmente nuevo en un mundo físicamente nuevo. No se puede construir una nueva sociedad basada en el pleno desarrollo de la personalidad humana en un mundo viciado por la contaminación del ambiente, exhausto por el hambre y la sed y enloquecido por el ruido y el hacinamiento. Debemos transformar a las ciudades cárceles del presentes en las ciudades jardines del futuro; El crecimiento de la población debe ser planificado, en lo posible de inmediato, pero a través de métodos que no perjudiquen la salud humana, según las condiciones particulares de cada país (esto no rige para Argentina, por ejemplo) y en el marco de políticas económicas y sociales globalmente racionales;La lucha contra la contaminación del ambiente y de la biosfera, contra el despilfarro de los recursos naturales, el ruido y el hacinamiento de las ciudades y el crecimiento explosivo de la población del planeta, debe iniciarse ya a nivel municipal, nacional e internacional. Estos problemas, en el orden internacional, deben pasar a la agenda de las negociaciones entre las grandes potencias y a la vida permanente de las Naciones Unidas con carácter de primera prioridad. Este, en su conjunto, no es un problema más de la humanidad, es el problema; Todos estos problemas están ligados de manera indisoluble con el de la justicia social, el de la soberanía política y la independencia económica del Tercer Mundo, y la distensión y la cooperación internacionales; Muchos de estos problemas deberán ser encarados por encima de las diferencias ideológicas que separan a los individuos dentro de sus sociedades o a los Estados dentro de la comunidad internacional. Finalmente deseo hacer algunas consideraciones para nuestros países del Tercer Mundo: 1. debemos cuidar nuestros recursos naturales con uñas y dientes de la voracidad de los monopolios internacionales que los buscan para alimentar un tipo absurdo de industrialización y desarrollo en los centros de alta tecnología donde rige la economía de mercado. Ya no puede producirse un aumento en gran escala de la producción alimenticia del Tercer Mundo sin un desarrollo paralelo de las industrias correspondientes. Por eso cada gramo de materia prima que se dejan arrebatar hoy los países del Tercer Mundo equivale a kilos de alimentos que dejarán de producir mañana; 2. de nada vale que evitemos el éxodo de nuestros recursos naturales si seguimos aferrados a métodos de desarrollo, preconizados por esos mismos monopolios, que significan la negación de un uso racional de aquellos recursos; 3. en defensa de sus intereses, los países deben propender a las integraciones regionales y a la acción solidaria; 4. no debe olvidarse que el problema básico de la mayor parte de los países del Tercer Mundo es la ausencia de una auténtica justicia social y de participación popular en la conducción de los asuntos públicos. Sin justicia social el Tercer Mundo no estará en condiciones de enfrentar las angustiosamente difíciles décadas que se avecinan. La humanidad debe ponerse en pie de guerra en defensa de sí misma. En esta tarea gigantesca nadie puede quedarse con los brazos cruzados. Por eso convoco a todos los pueblos y gobiernos del mundo a una acción solidaria. JUAN DOMINGO PERON 21 de Febrero de 1972 – Madrid

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Carta al Gral. Adolfo C. López Madrid, 24 de mayo de 1969

Mi estimado General Por mano del amigo Osvaldo Morales he recibido su carta del 15 próximo pasado que tengo el placer de contestarle. Me encanta leer su propósito de ofrecer su contribución a la solución de los problemas del país porque pienso que los argentinos desde hace trece años, han hecho muy poco por lograr tan importante objetivo porque es preciso que todos nos persuadamos de la necesidad impostergable de poner el hombro, ante la amenaza que pesa sobre los destinos de la nacionalidad. Leo en su carta la situación imperante, que el amigo Morales me completa en otras informaciones, y llego a la conclusión que los militares están casi en las mismas que los dirigentes políticos: Cada uno por su lado piensa hacer algo, sin percatarse que mientras no se consiga una unidad de propósitos y de acción, poco será lo que se logre hacer efectivamente, por que Onganía sobrevive, precisamente, como consecuencia de la disociación reinante entre todos los que desean remplazarlo. La dictadura militar ha podido ser posible (en cumplimiento del plan pentágono) porque las fuerzas cívicas enfrentadas se atomizaron para provocar el caos indispensable para que las FFAA las remplazaran. Al no comprender este problema tampoco pueden apreciar las posibles soluciones. De ahí la insistencia en dividirse y disociarse que caracteriza una política suicida, cuando la única solución esta precisamente en lo contrario: UNIRSE Y ORGANIZARSE. No se me escapa el designio de la dictadura militar de procurarse un apoyo popular mediante diversos arbitrios, pero tampoco se me escapan las dificultades que se han de oponer a que lo logre porque soplar no es hacer botellas. Una dictadura militar del tipo de la actual puede soñar con cualquier cosa menos con que pueda contar algún día con el apoyo popular que se note. Aparte de ello ya, ni aun cuando cambiara su política económica y social ( que no puede hacer ) lograría convencer a nadie para que la apoyaran en el campo político, desde que tienen todas sus fuerzas actuales en contra en ese campo. Ni la salida a la brasileña, la reedición de la Unión Democrática, una dictadura militar tiránica, podrían durar mucho tiempo en estos tiempos, con poco que se hiciera por destruirlas. El destino de cada una de ellas no seria distintos del que espera al propio gobierno de Onganía. Ya lo dijo Tayllerent: Las bayonetas sirven para todo menos para sentarse en ellas. La unión de dirigentes políticos no se realiza simplemente por falta de grandeza y desprendimiento de su parte. Parecería que aun es preciso que la desgracia siga azotándolos para que entren en razón o que la supresión biológica cumpla su destino con el tiempo haciéndolos desaparecer. El amigo Morales ha conversado largamente con migo sobre los diversos aspectos de nuestros problemas y lleva un memorandun con mis puntos de vista. El podrá, de viva vos informarle sobre mi mejor disposición para entendimientos que se inspiren en la necesidad insoslayable de oponer un frente de unidad a la acción que, con unidad de concepción y de acción, pueda realizar la actual dictadura militar. Creo que ese es el comienzo del camino que se debe seguir y no habrá nada que yo no haga, dentro de mis posibilidades porque tales propósitos se logren. Morales le explicara en detalle cuanto hemos tratado, por lo que creo innecesario abundar en explicaciones, que por otra parte coinciden con cuanto usted me dice en su carta. Si lo importante es contar con mi apoyo a las ideas por usted expuestas, desde ya puede contar con el. Un cordial y afectuoso saludo.

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Carta a Scalabrini Ortiz (18-03-1958)

Ciudad Trujillo, marzo 18 de 1958 Al señor Raúl Scalabrini Ortiz Buenos Aires Mi Querido Amigo He leído con profunda emoción su carta del 28 de febrero contestación a la que yo le dirigiera. En ella, usted expone puntos de vista sobre la política Argentina que no están contaminados por egoísmos personales ni partidistas si no que responden a una inmensa pasión patriótica. Coincido plenamente con esas opiniones, y a tal respecto creo que dos documentos que usted seguramente conocerá traducen esa identificación de pensamiento, el mensaje a todos los peronistas y las directivas dirijan a los comandos tácticos peronistas de 6 y 10 de marzo respectivamente. Allí he fijado una conducta que responde a las necesidades del país desoyendo toda incitación a la violencia sin sentido o ductilidad oportunista. El peronismo tiene una misión histórica que cumplir, y de allí no se apartara toda su táctica esta subordinada a los grandes objetivos que justificaron su aparición y que confirman su vigencia, por lo que la búsqueda de minúsculos dividendos de politiquería inmediata es ajena a la esencia y a la razón de ser del movimiento. En tal sentido, he comprometido el apoyo de del movimiento a un programa de restauración nacional y popular que se comprometió a cumplir el nuevo presidente. Mientras  él haga fe a su palabra, no tendrá que estar cuidándose las espaldas mientras lucha con el enemigo de afuera: de ese me encargo yo. Tengo una esperanzada confianza en que no obstante el mediocre entourage político del Dr. Frondizi se mantendrá ala altura de las gravísimas  circunstancias  nacionales. En su elenco figuran hombres que siempre han combatido en las filas de lo antinacional, lo cual no han sido obstáculo para que nosotros los consagráramos con nuestro voto para la alta función publica. Esa es la demostración de que esperamos que prevalezcan las posiciones enunciadas por Frondizi, por sobre la conjuración de los mediocres que intentaran desviarlo de los objetivos nacionales libertadores. Hemos hecho lo que debíamos y seguiremos haciéndolo solo nos resta entonces encontrar idéntico espíritu por parte del nuevo mandatario y el coraje para despreciar las incitaciones al compromiso, al hedonismo y a equilibrios mezquinos. Como usted me dice de la clase media es atinado y oportuno. El fenómeno que se produce en América Latina es el de una clase media con más sentido clasista que el proletariado. Los obreros tienen mas claramente fijado el concepto de la integración nacional y de la necesidad de presentar un frente unido al adversario común. Las clases medias en cambio, tienen extraordinaria tendencia a concentrar su espíritu combatiendo en antagonismos internos y artificiales a menudo creados y siempre alentados por la propaganda imperialista. Es evidente que sectores cuya suerte que esta unida indisolublemente a la clase trabajadora tiene su vista puesta sin embargo en la oligarquía que por su interrelación con el imperialismo esta marginada de los anhelos y las necesidades nacionales Las causas de este contrasentido son numerosas, y han sido analizadas por algunos escritores que siguen los asuntos del país. Pero entre esas causas ocupa un lugar preponderante la propaganda de la  ”intelligentzia” usted es uno de los intelectuales Argentinos que siempre vio claro, y denuncio al enemigo real, dando su ubicación y detallando los disfraces que adopta para predicar la desintegración del país. El peronismo fue el primer movimiento político social que entablo la lucha en los verdaderos términos del conflicto. Nuestro antiimperialismo fue practico y efectivo adecuado a la realidad y no a declamaciones teóricas. Eso que el pueblo sabía, después del 16 de septiembre de 1955 lo comprendieron algunos intelectuales que ahora buscan sumarse a la corriente nacional y popular en la que siempre estuvo enrolado. De manera que no soy yo con una carta quien lo hace entrar en la historia, si no su obra incansable, su vocación patriótica y su sacrificada trayectoria, nosotros siempre lo consideramos de los nuestros, y cada una de sus líneas es un aporte al movimiento peronista que valoramos debidamente y apreciamos como parte de nuestro acervo. No reconsiderare el pedido que formula, porque el estaba supeditado a sus modalidades, usted ejerce una jefatura espiritual innegable no le pido que la transforme en un mandato político si no que la emplee para nuclear esfuerzos, para evitar dispersiones que no responden a la realidad. En el campo intelectual como en los demás frentes de lucha se han ido conformando bloques antagónicos e irreconciliables que libran batallas enconadas y continuaran combatiéndose implacablemente. Nosotros no queremos apaciguamiento ni transacciones ni eclecticismos de conveniencias con lo que representa intereses antinacionales y antipopulares. Pero jamas ahondaremos divisiones con quienes están en la línea de pensamiento que sobrepone los intereses de la patria a toda consideración de otra índole. Lo que sobran son puestos para esta lucha que nadie se aleje de ellos por incomprensión, por suspicacias, por plantear mal las cuestiones. En esa obra de persuasión es que reclamo su concurso para que aclare panoramas que algunos no ven con nitidez para que termine con fricciones y antagonismos artificiales la historia tiene sus fueros y siempre los hace valer las soluciones para el país son peronistas y quienes no lo comprendan giraran en el vació, lo cual a su ves impone a nuestro movimiento la obligación de desechar sectarismos absurdos y planteos miopes para constituir la gran fuerza que integre los empeños para realizar el gran destino nacional. Seremos intransigentes hasta cualquier extremo en la preservación y la defensa de los ideales, pero jamás mezquinos guardianes de las formas sacrificando objetivos a diferencias tácticas. La etapa que se abre con las nuevas condiciones políticas creadas por el triunfo popular el 23 de febrero requerirá de nosotros una acción vigilante y enérgica al mismo tiempo que dúctil para adaptarse a las variantes de cirscunstancias. La masa tiene disciplina y madurez, lo mismo que muchos cuadros del movimiento que se han templado peleando en las condiciones mas adversas. Queremos que los intelectuales también cumplan adecuadamente las funciones que los destina su actividad. Nadie mejor que usted para decir la palabra orientadora y llevar el mensaje que los alinea para mejor defensa del programa que el país reclama. Yo parto en un corto viaje, a cuyo regreso volveré a escribirle. Le ruego mantenga contacto con el Dr. Cooke, que ha conversado conmigo largamente sobre todos estos temas y esta compenetrado de mi pensamiento sobre estas y otras materias. Hasta entonces, le reitero mi amistad y afecto, lo abraza Juan Perón

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Carta a la Juventud Madrid, 20 de octubre de 1965

¿Que busca el peronismo? No intentamos ninguna manera de sustituir un hombre por el otro; si no un sistema por otro sistema. No buscamos el triunfo de un hombre o de otro sino el triunfo de una clase mayoritaria, y que conforma el pueblo argentino: la clase trabajadora.Y porque buscamos el poder, para esa clase mayoritaria es que debemos prevenirnos contra el posible "espíritu revolucionario" de la burguesía, para la burguesía la toma de poder significa el fin de su revolución. Para el proletariado "La clase trabajadora toda del país" la toma del poder es el principio de esta revolución que anhelamos, para el cambio total de las viejas y caducas estructuras demo liberales.Como luchar nuestro deber ante la masa La juventud debe en forma definitiva terminar por organizarse y para ello debe tener en cuenta lo siguiente:1.-Trazarse una justa línea política a través de una organización unitaria de conducción centralizada, que desarrolle un programa político donde se contemplen las necesidades de las masas. Hay que estudiar aceleradamente sobre la realidad, los problemas, "los éxitos y fracasos" del análisis surgirá sin duda la justa línea política.2. - desarrollar una clara actitud: anti-imperialista, anti-capitalista y antioligárquica y feudal latifundista.3. - Tener íntima relación con la masa "la táctica y la estrategia deben confundirse con la masa" no olvidar jamás que los combatientes provienen de la masa y sin el apoyo de la masa es imposible la labor revolucionaria4. -Elevar a los medianos y ayudar a los atrasados. Ello incrementa las fuerzas revolucionarias y posibilita tener un verdadero apoyo de base.5. -Evitar los errores llamados de "izquierda" o de "derecha" es un error de izquierda cuando se realiza una critica aguda, sin haberse realizado antes un análisis y sin tener los fundamentos de esa critica.Es un error de derecha cuando no se quiere ver ese error y cuando finalmente se lo ve, no se lo critica, no puede haber coexistencia con los errores.La crítica debe ser seria y fundada, al equivocado se le debe permitir reivindicarse. Para ello se debe implantar la crítica y la autocrítica6. -Las bases juveniles deben expresar sus opiniones. La dirección debe centralizarlas y luego estudiadas deben volver al seno de la masa juvenil. De esta forma se establece un método realmente democrático y pueden ser establecidos los principios fundamentales de: unidad y disciplina.Los cuadros de la organización deben someterse de mayor a menor y siempre debe aplicarse lo resuelto por la mayoría.Los grandes problemas no deben resolverse individualmente, por ello la conducción debe ser colectiva "con responsabilidad individual" se cometen menos errores.Consejo Final Si realmente trabajamos por la liberación de la patria, si realmente comprendemos la enorme responsabilidad que ya pesa sobre nuestra juventud debemos insistir en todo lo señalado. Es fundamental que nuestros jóvenes comprendan que deben tener siempre presente en la lucha y en la preparación de la organización que: es imposible la coexistencia entre las clases oprimidas y opresoras. Nos hemos planteado la tarea fundamental de triunfar sobre los explotadores, aun si ellos están infiltrados en nuestro propio movimiento político.La patria espera de todos ustedes la postura seria, firme y sin claudicación.Un abrazoJuan Perón

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Carta al Comando Superior Peronista (16-10-58)

Ciudad Trujillo, 16 de octubre de 1858 Comando Superior Peronista En vista de la evolución de los acontecimientos políticos y las consecuencias de la conducción táctica, el comando superior peronista resuelve 1) Desde el recibo de esta comunicación, toda la conducción política y táctica del movimiento Peronista en el país queda a cargo del consejo coordinador y supervisor del peronismo el que se manejara en relación con el consejo superior peronista. 2) El consejo coordinador y supervisor del peronismo como autoridad máxima en el país, conducirá el movimiento peronista de la manera que mejor convenga, a las necesidades de cada momento y para ello tendrá todas las atribuciones para tomar por si, sin consulta previa, toda clase de medidas y resoluciones. Firmado Juan Perón Dicho consejo Coordinador y Supervisor estaba integrado por los compañeros Carlos Aloé, Oscar E. Albrieu, Alberto L. Rocamora, Rodolfo J. Arce, José C. Barro, Pedro San Martín, Fernando R. Torres, Manuel Damiano, Julio Troxler, Juan C. Brid, José Parla, Adolfo C. Philippeaux, Delia D. de Parodi, Ceferina Rodríguez de Copa y María Elena Solari de Bruni.

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Carta a Dr John W. Cook Ciudad Trujillo, 7 de junio de 1958

Dr John W. Cook Montevideo Mi querido amigo Recibí el sábado 6 su primer envió de diarios y informaciones, como así mismo su carta que contesto. Por el amigo González Torrado le envió los poderes dos cartas, además de esta, instrucciones sobre distintos asuntos y otra demostración que el le mostrara. Sigo pensando que debemos realizar acciones destinadas a obligar a Frondizi a cumplir con sus compromisos. A este efecto también hago consultas a estos muchachos que le mostrará González Torrado y Galán, quienes llevan idea completa sobre mi pensamiento. Lo que en estas cartas y en las suyas comento, no implica que debemos proceder sin más a realizar tales cosas, sino que debemos preverlas para el caso en que nos veamos obligados a realizarlas. Yo estoy allí dando mis impresiones y sacando mis conclusiones para el caso en que Frondizi siga en la dilación en que se encuentra y las cosas no marchen bien, como evidentemente no marchan bien en la actualidad. Creo que tenemos que comenzar a tomar providencias para el caso en que Frondizi nos deje en la estacada, como también para obligarlo a cumplir utilizando el mismo sistema que el usa para dilatar las cosas. Mientras él retarda nosotros debemos acelerar, que es la única manera de mantener el ritmo. Debe saber que si el primero de agosto no ha cumplido bien todas las cosas prometidas, nosotros le descargaremos un golpe mortal, y en consecuencia y en consecuencia debemos prepararnos para dar ese golpe mortal, cuyo primer acto puede ser paralizar el país, disminuir el ritmo de todo en especial el de la producción, iniciar una campaña de desprestigio al gobierno etc. Todo esto debe ser estudiado porque cuando los plazos se cumplan todo será apuro y lo que no se haya previsto con anticipación no se podrá realizar si no después de larga preparación. Es necesario preparar todo para tenerlo listo y lanzarlo en 24 hs, Con eficacia unidad de acción y energía para que sea eficaz. Este trabajo nos impone que nos dejemos de cosas secundarias y nos dediquemos a las fundamentales. La conducción del todo libera de la contemplación de las partes, que debe ser conducida por los que actúan en la tarea táctica. En estos momentos debemos pensar en grande y obrar en grande, siempre hay quien se ocupe de lo demás. Hay que articular bien la organización para poder preparar las cosas y tener la posibilidad de conducir el conjunto, en tanto los que preparan la realización conduzcan las partes. La conducción impone una concepción centralizada y una y una ejecución descentralizada. Sino no puede haber conducción de grandes masas. Espero sus noticias un gran abrazo.

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Carta a John William Cooke (02-11-1956)

Al Dr. John William Cooke Buenos Aires Por la presente autorizo al compañero doctor don John William Cooke, actualmente preso por cumplir con su deber de peronista, para que asuma mi representación en todo acto o acción política. En este concepto su decisión será mi decisión y su palabra la mía. En él reconozco al único jefe que tiene mi mandato para presidir a la totalidad de las fuerzas peronistas organizadas en el país y en el extranjero y sus decisiones tienen el mismo valor que las mías. En caso de fallecimiento, delego en el doctor don John William Cooke el mando del movimiento. En Caracas, a 2 días de noviembre de 1956. Firmado: Juan Perón

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