Carta a Florencio Monzón (08-02-1956)
Colón, 8 de febrero de 1956
Señor D. Florencio Monzón SANTIAGO
Mi querido amigo:
Recibí su carta del 4 ppdo. y le agradezco sus amables palabras y sus -formaciones que me llegan a tiempo de contestar a María.... Luchar por pobres tiene su inconveniente de la persecución de los ricos pero no todas son desventajas, pues donde quiera que uno va recibe satisfacciones piensas. Yo, desde que salí de Asunción y recorrí casi toda Sudamérica y I ntroamérica, no hice más que recibir muestras del cariño de los pobres que me siguió durante todos los viajes, reflejado en la sonrisa del changador o en las palabras de miles de trabajadores con quienes uno debe cruzarse cuando viaja. Lo mismo pasa aquí en Colón, donde los pobres son mis amigos y me protegen y me defienden y me ayudan. No saben los tontos lo que vale ser sincero y leal con ellos.
Es, como usted dice, necesario trabajar. Es necesario también trabajar ordenadamente y de manera efectiva. Yo veo la situación clara: la dictadura busca una salida política por medio de los partidos que sirve. Pero la inmensa mayoría peronista no les da ninguna puerta de escape. Algunos traidores han sido hablados por la dictadura para intentar formar un partido Unión Popular que divida los votos peronistas. A esto se ha prestado Bramuglia según me dicen pero no va a tener resultados, por lo menos apreciables si, en su hora, yo digo lo que debo decir al respecto. Que está entendido con la dictadura es lógico porque sino ésta no los dejaría organizar.
El camino es uno solo: seguir con la resistencia pasiva. Los sabotajes, el trabajo a desgano, los paros, las huelgas, los boicots, las perturbaciones, etc., harán que la dictadura tome cada día represiones más violentas y ejerza un gobierno cada día más arbitrario y tiránico. Esto aumentará la resistencia a su vez creando así un círculo vicioso en el que entrará la dictadura, sin encontrar salida. Eso creará miles de pequeñas conspiraciones en todos los ambientes donde la arbitrariedad se haga presente, las que se unirán poco a poco para formar una gran conspiración y una verdadera subversión. El clima popular revolucionario es necesario y previo, para contagiar a las fuerzas armadas que finalmente entrarán como han entrado siempre, al final. Tenemos hombres en el Ejército y en todos los sectores pero aún no ha madurado este proceso. Las revoluciones necesitan que se gesten desde abajo, no desde arriba. Primero debe estar el pueblo, después actuar los jefes. Por otra parte nuestro pueblo necesita sufrir para colocarse en situación de reaccionar. Está muy mal acostumbrado a que todo se lo haga yo, como en los diez años de gobierno. Ahora debe hacer él, para merecer la libertad que ha perdido y el bienestar que antes no supo apreciar correctamente.
Nosotros desde todos los ángulos debemos hacerle llegar la orden de provocar la resistencia pasiva en todas sus formas, haciendo que todos, en todas partes y en todo momento, se dediquen a las acciones pasivas de sabotaje, trabajo a desgano, perturbaciones, etc. Nuestro pueblo si tiene que exponerse no hará nada, menos aun si debe pelear, porque ha perdido el espíritu combativo, como consecuencia de una larga era de felicidad y comodidad. Por eso cuadra a él la acción indirecta de la resistencia pasiva, sin peligro, sin lucha aparente, pero de efecto colectivo terrible. Si tiene que exponerse a algo pensará que los otros lo van a hacer y que él no tiene que exponerse. Las mujeres le aconsejarán que no se exponga y la familia influirá grandemente. En cambio en la resistencia pasiva no hay necesidad de que nadie se exponga, por eso es apropiada. El esfuerzo de todos terminará con la dictadura. Cada uno hace lo que puede, los esfuerzos de todos se suman y la resultante es una acción aplastadora. El gobierno defacto no podrá resistir si sólo un 30% se dedica seriamente a hacer resistencia pasiva con sabotaje individual...
...Para mayor seguridad, le ruego que le diga a María que en el futuro, su correspondencia, en vez de mandarla al gerente del Hotel Washington, como hasta ahora, la mande al nombre y apartado que le indico al pie.
Muchas gracias por todo. Mantengan bien en secreto ese domicilio y nombre. Allí pueden mandar con confianza cualquier cosa.
Un gran abrazo
Firmado: Perón
- Visto: 2763