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Carta al Dr. Luis Oscar Ratti (20-08-1969)

Madrid, 20 de agosto de 1969

Al Dr. Luis Oscar Ratti

Lobos

Mi querido amigo y paisano:

He recibido su carta del 15 pasado y le agradezco su recuer­do y su saludo que retribuyo con mi mayor afecto, como cumplo también con hacerle llegar el encargo de Isabelita que le manda su más afectuoso saludo y agradecimiento. Le agra­dezco igualmente las fotografías que me adjunta y que son un buen recuerdo de los placenteros días pasados con los compa­ñeros peronistas en Madrid.

Nuestra reunión en Madrid ha tenido una importancia para mí trascendente: el contacto personal, que no se puede reemplazar con ninguna otra de las formas del trato. Y, aunque en estos momentos, todo parece concentrarse en la Rama Sin­dical del Movimiento, por las circunstancias mismas del proble­ma gremial, es preciso recordar la importancia que tiene tam­bién la organización de la Rama Política del mismo. Si según la peregrina idea de la dictadura, comienza el "tiempo social", es de esperar que a éste le siga el "tiempo político" y, en con­secuencia, deberemos ir preparando el instrumento para hacer frente a las circunstancias con las herramientas apropiadas.

Todos los informes que recibo dan "por muerta" a la dic­tadura, pero yo creo que aún queda "el rabo por desollar". La existencia de un repudio general no es suficiente para tum baria porque, precisamente, el enfrentamiento de liberales y y nacionalistas, ambos con intenciones si no claras, por lo me­nos intuibles, es lo que mantiene a Onganía en equilibrio ines­table. El Ejército, que yo conozco bien en su actitud frente al golpe de estado, es fácil de apreciar: el 20 % está por el golpe gorila (ahora llamado liberal); otro 20 % está en la línea nacio­nalista y es proclive también al golpe, pero con otra orienta­ción. El 60 % restante de los jefes y oficiales son como la bosta de paloma y se manifiestan "legalistas": ellos están con el Go­bierno mientras el Gobierno dure; cuando se incline la balanza para otro lado estarán con el que gane. Esa es casi una tradición militar...

Es indudable que el Pueblo está sublevado, como lo hemos visto en las grandes ciudades el 29 y 30 de mayo pasado; pero desgraciadamente carece por ahora de una fuerza decidida y efectiva que pueda hacer frente a la lucha armada que, por lo menos para una "demostración", es indispensable. La persis­tencia en una actitud popular como la actual puede ser la mejor preparación para futuros acontecimientos como los que todos anhelamos, pero aun es preciso que algo de las fuerzas milita­res se decidan.

Los dos bandos actuales parecen ya conformados: de un lado el grupo gorila, con pocas fuerzas civiles, con un sector del Ejército que obedece a Lanusse, con la Marina y sectores poli­ciales-y de Gendarmería. Del otro, las fuerzas populares casi con unanimidad, partes del Ejército, de la policía y gendarmería. Un tercer bando: el de Onganía, que cuenta con el Poder (re­lativamente), con un sector de Ejército, si no decidido, por lo menos obligado y con los restos interesados en no caer, por las consecuencias que le acarrearía la caída en estas circunstancias.

Es precisamente esta situación de equilibrio entre unos y otros lo que mantiene a Onganía. Todos queremos que se vaya, pero tememos a lo que ha de venir y, mientras tratamos de preparar las mejores condiciones a la sucesión, el tiempo pasa. Y, aunque es indudable que el tiempo trabaja en favor nuestro, todo dependerá de cómo evoluciona la situación antes de fin de año. Según mis informaciones, parece que el grupo gorila, en el que se alinean los tres Comandantes en Jefe, ante el peli­gro que presienten, están pensando en constituir un triunvirato que haría de Junta Revolucionaria, que nombraría a un Primer

Ministro que se encargara del Gobierno. A ello responderían las "Declaraciones de Lanusse" de que no piensa dejar su cargo, ni tiene otra aspiración que ocuparlo.

Nuestros amigos Coroneles dijeron muchas veces que nece­sitaban un clima propicio: ahora que lo tienen parece que em­piezan los "infartos". Yo no veo nada serio en todo ésto y aunque las circunstancias son propicias desde todo punto de vista, falta el hombre que sea capaz de aprovecharlas. Nosotros nunca hemos tenido una mejor oportunidad pero, la oportuni­dad es sólo la mitad del éxito, la otra mitad debemos ponerla nosotros mismos. Por éso creo que la mejor conducta a seguir por el Peronismo, es organizarse, unirse y mantenerse en la lucha sin dispersar las fuerzas. Con ello y solamente con ello podremos ser más fuertes en el momento y en el lugar en que se produzca la decisión. Las instrucciones impartidas a la con­ducción táctica del Movimiento han sido en ese sentido.

Es claro que, mientras se ruega a Dios, hay que dar con el palo, como reza en el viejo adagio. Para ello debemos aprove­char el "tiempo social" con nuestras organizaciones sindica­les de la Rama Sindical, teniendo en cuenta que han de ini­ciarse de nuevo las "paritarias" en septiembre, según lo ha anunciado la dictadura. Hay que imaginarse lo que serán 400 paritarias funcionando, en una situación en que la economía no permite nada, sin peligro de desequilibrarlo todo, en un Estado ya afectado de un terrible desequilibrio. Francamente, no quisiera encontrarme en la piel de los que tienen que enfrentar esta situación. Pero, en tan aciaga coyuntura, nos­otros deberemos agitar el ambiente sindical y para éllo ya está trabajando la conducción, especialmente desde las "62 Orga­nizaciones". Si se llega en septiembre a un clima propicio, no sólo las paritarias tendrán ventajas, sino que es muy posible que la dictadura haga crisis por impotencia y pérdida de cohesión.

En fin, pienso que la situación es propicia, a condición de poder contar en su momento con algo de fuerzas armadas que puedan dar a Onganía, aunque sea un pequeño empujon- cito. No creo que nadie pelee por Lanusse, por Onganía, de manera que, con poco se puede hacer mucho, si se cuenta con decisión y energía en el momento oportuno. Si nada de ésto se puede lograr en su tiempo, no tendremos más remedio que seguir esperando a que todo se caiga solo, como es probable que suceda.

Mi querido Doctor y amigo: ésto es lo que más que nada intuyo de una situación que, por estar a más de quince mil kilómetros de distancia, no puedo dominar sino en sus aspec­tos más generales. Ustedes allí, junto al fuego, han de sentir mejor el calor que produce. Por eso es que trato de meterme lo menos posible; no sea que mis consejos por mala o deficiente información puedan ser perjudiciales.

En este momento, la visita dé Paladino me ha traído impre­siones más completas pero, no me han hecho por eso cambiar de manera de pensar al respecto. Así que he aprovechado el verano para simular vacaciones (que no necesito) para poder trabajar un poco en otras cosas personales. Hay que pasar unos días en la costa del mar porque hay que satisfacer los deseos de la Señora. A mí el mar y el sol me "revientan": he sido oficial de infantería y durante veinte años he dado instrucción al rayo del sol de la mañana a la noche. Se imaginará que estoy de> sol hasta la coronilla. Afortunadamente no siento mucho el peso de los 73 que llevo sobre mis espaldas y aunque parezca mentira, podría ponerme un letrero como los viejos colectivos de Buenos Aires: "Hasta Corro".

España sigue como siempre: en •agosto todo el mundo se va de vacaciones, hasta el Gobieqio, y muchos aprovechan para asegurar que por éso se está tranquilo en agosto. La situa­ción en Europa sigue un tanto agitada, más que nada, para no perder la costumbre. Francia no ha tenido más remedio que devaluar su moneda y hay que ver lo que ésto representa para cada francés (con los sórdidos que son). Rusia se las en­frenta con China; Checoslovaquia con motivo del aniversario de la ocupación rusa del año pasado; Ulster en Irlanda del Norte destruyéndose por una causa que nadie llega a comprender, en lucha aparentemente religiosa, pero en realidad de verdad como consecuencia de la dual conducta que es habitual de los ingleses. En resumen, como suelen decir los muchachos "aquí todos quieren lola". Es que la paz ya va durando exage­radamente... Los árabes y los judíos, para no ser menos, se van empeñando lentamente en una guerra de desgaste; en tanto los esfuerzos de Nixon por terminar con la guerra del Viet- nam dan como resultado la intensificación de la lucha.

Con todo lo que pasa en la Argentina, es un juego de niño al lado de lo que comienza a pasar en el mundo belicista de estos pagos. Hasta Italia que nunca ha tenido inclinaciones guerreras, se encuentra agitada violentamente, hasta el punto de no poder formar gobierno sino recurriendo a los que llaman "mcnocolor" y otros "minigobierno" y ya suenan posibilida­des de un golpe militar: no saben lo que les espera.

Bueno querido Doctor: creo que la lata es demasiado grande. No deje de transmitir mis más afectuosos saludos a todos los suyos, tanto de mi parte como de Isabelita. Asimis­mo a todos los compañeros de Lobos. Le adjunto una pequeña apreciación que irá en la Revista "Las Bases" de este mes, dirigida un poco a la juventud.

Un gran abrazo

Firmado: Juan Perón

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