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Carta José León Suarez (10-09-1958)

Ciudad Trujillo, 10 setiembre de 1958.

Al Sr. José León Suárez

Madrid

Mi querido amigo Suárez:

He recibido Sus buenas noticias, por lo que mucho me alegro, especialmente cuando, como en este caso, surgen de un intenso trabajo dedicado a lograr las reivindicaciones que el Pueblo y la Patria reclaman.

Desde ya el lejano día en "que mantuve mi primer diálogo con los trabajadores, sostuve que la organización es lo único que vence al tiempo. Unidos y disciplinados no habrá fuerza que pueda doblegarlos. La actualidad argentina, tan colmada de incertidumbres y de inoperancias gubernamentales, está preparando el triunfo del Pueblo. Pero es evidente que la lucha alcanzará, todavía, matices que van de lo específicamente político a la misma violencia, si se persiste en el trágico error de pretender gobernar a espaldas de la masa. La politización del Pueblo garantiza que la mentira no podrá engañarlo y que la prepotencia no podrá doblegarlo. Tres años de feroces persecuciones dan fe de la vocación patriótica de nuestro Pueblo, que ha sido flagelado con todas las infamias, pero jamás vencido. Lo único que nos resta por hacer es reorganizar el Movimiento con autoridades elegidas por la masa, de abajo hacia arriba, sin interferencias, extrañas a la voluntad soberana de la mayoría. Con una férrea organización, con unidad de concepción y de acción, el anti- Pueblo podrá ir contando los escasos días de su sobrevivencia.

Conéctense con los organismos directivos de nuestro Movimiento, para que el cumplimiento de las consignas del Comando Superior Peronista, evite dispersión de fuerzas y de esfuerzos. Yo, en la medida de mis posibilidades, no he descansado un sólo instante en mi destierro, trabajando siempre por la redención del Pueblo, labor que es mi razón de ser. Los gorilas no deben tener paz ni descanso, y deben ser execrados en sus hombres, en sus actos y en el recuerdo de sus iniquidades. Y las obras de Gobierno que no consulten las aspiraciones de la masa, deben ser atacadas en la medida que merezcan nuestro repudio.

Espero que la labor de Uds. sea fructífera y sin pausa. Le niego haga llegar a todos los compañeros mi emocionado afecto. Con mis mejores deseos reciba Ud. un gran abrazo.

Firmado: Juan Perón.

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