Carta a Rogelio Frigerio (27-03-1972)
Madrid, 27 de marzo de 1972.
Al Sr. Rogelio Frigerio Buenos Aires
Mi querido amigo:
He estado esperando noticias de Buenos Aires sobre lo que conversamos de su viaje a Madrid pero, desafortunadamente, no he recibido nada al respecto. Es indudable que, con las cosas que allí están pasando, nuestro emisario vive a los saltos y todo se le presenta como abrumador. Por el mismo intermedio le escribí a usted, contestando su anterior y adjuntando la apreciación de la situación y espero que obre en su poder desde entonces. Como no tengo noticias suyas aporvecho el viaje de una persona de confianza para hacerle llegar las mías.
En mi concepto, el golpe de estado que eliminó a Levingston no varía la situación, aunque intuyo que este nuevo tras- pies de la dictadura militar, no contribuye sino a un mayor desprestigio de la misma frente al país y al mundo. Sin embargo, un nuevo gobierno debe ser para nosotros un nuevo motivo para considerar la situación. En ese sentido, me parece que la mentada "revolución argentina" ha dejado de existir definitivamente y que la camarilla militar no ve otra salida que el llamado a elecciones, aunque todavía no estén sus hombres en claro sobre la forma de realizarse a fin de "meternos el perro".
Comencemos por percibir que de inmedaito a la destitución de Levingston dijeron que sería en el plazo de 18 a 24 meses. Ahora, ya se trataría de constituir nuevo gobierno en el de 36 meses. No sería difícil que pasado un' tiempo, establecieran un plazo mayor. Será la característica dominante en esta etapa la inseguridad para todo. Por eso, creo que debemos, en la conducción, andar con pie de plomo. Paladino debe llegar aquí la semana que viene para informar. Espero entonces para poder apreciar de modo definitivo la realidad del futuro inmediato, aunque descarto que esta gente hará todo lo posible para quedarse con el gobierno en una u otra forma.
Por noticias seguras y muy confidenciales sé que están de-sesperados y lo que acaban de hacer lo demuestra así, pero considero que si nosotros procedemos bien esa desesperación debe ir en aumento cada día para llegar al paroxismo, que recién nos ofrecerá la oportunidad de imponernos. Pienso que la situación a que han llegado no da para más y que cada día que pasa, si ayudamos a la Providencia, se cerrará ante ellos el círculo que, finalmente, ha de exterminarlos. No debemos pensar que, porque estén desesperados, irán a ceder: será preciso continuar la lucha en todos los frentes aumentando paulatinamente su intensidad.
Intuyo que, para nosotros, la situación ha mejorado, como ha empeorado para la dictadura. La Junta de Comandantes, que hasta ahora había actuado por personeros, encabeza ahora el gobierno: veremos ahora si a la intemperie y sin el recurso de echar la culpa a otro, pueden salvarse como hasta ahora. Las Fuerzas Armadas han tomado la responsabilidad directa y deberán enfrentar al pueblo y a la nación sin intermediarios que le sirvan de escudo. En consecuencia, este será el último acto del drama que han venido provocando y con ello el panorama político se aclara y las fuerzas enfrentadas deberán luchar a cara descubierta y en procura de una decisión.
Espero información completa. Tan pronto la tenga le volveré a escribir. Le ruego que salude a los suyos y acepte, junto con mis saludos más afectuosos, mis mejores deseos. Un gran abrazo.
Firmado: Juan D. Perón.
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