Carta al Dr. Raul Matera (20-09-1970)
Madrid, 20 de setiembre de 1970.
A l Dr. Raúl Matera José Hernández 1642 Buenos Aires
Mi querido amigo:
He recibido su amable carta del 26 de agosto próximo pasado y le agradezco el envío de los recortes con publicaciones sobre sus declaraciones en Montevideo, y la declaración mía sobre el reportaje de la revista "Africada" como de los comentarios del diario cipayo "La Prensa". Muchas gracias.
Es indudable que la situación argentina se estrecha cada día en sí misma y que la dictadura militar, que comenzó en 1966, ha quemado ya todo su tiempo. El futuro inmediato no puede ser sino de incertidumbre y de lucha si, como parece, la contumacia de la reacción y de algunos militares pretende seguir con sus sofismas y simulaciones. Frente a tal evento, nosotros no tenemos más remedio que luchar, quizás así podamos un día convencerlos o vencerlos.
Yo no alcanzo a comprender la absoluta falta de concepción y de criterio de esta gente, empeñados en hacer durar una situa¬ción que, con buen entendimiento y grandeza, podría solucio¬narse en una semana de tiempo. Ellos deben convencerse que ya no hay tiempo ni campo para intentar nuevas trapizondas porque, aparte de que la situación no da para más, todos esta¬mos en claro de lo que queremos. Cualquier solución que no sea la que el Pueblo y sus fuerzas políticas, económicas y socia¬les anhelan, será totalmente aleatoria ya que, en el mejor de los casos, sólo podrá acarrear una lamentable pérdida de tiempo al avance de la República.
Los intentos de "neoperonismo" y "colaboracionismo", lanzados por la dictadura, no son de temer para nosotros, porque la tradición orgánica del Peronismo no se presta para tales excrecencias. En vez de andar perdiendo el tiempo en inútiles forcejeos de política menuda, cuánto más les valdría consultar con las fuerzas que enfrentan a la dictadura pero a "alto nivel" y como honestos caballeros, en vez de intentar entrar en las estructuras, como los ladrones, por la ventana. Es que hay gente que es decente porque así los viste el sastre, pero puestos a obrar, no dejan de "mostrar la hilacha". Es que aún no se han dado cuenta que la decencia, la honestidad y la moral, también cuenta en la política.
Le ruego que salude a los compañeros y acepte, junto con mi saludo más afectuoso, mis mejores deseos. Isabelita y López me encargan le transmita sus saludos.
Un gran abrazo.
Firmado: Juan D. Perón.
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