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Carta al Gral. Adolfo C. López Madrid, 24 de mayo de 1969

Mi estimado General

Por mano del amigo Osvaldo Morales he recibido su carta del 15 próximo pasado que tengo el placer de contestarle. Me encanta leer su propósito de ofrecer su contribución a la solución de los problemas del país porque pienso que los argentinos desde hace trece años, han hecho muy poco por lograr tan importante objetivo porque es preciso que todos nos persuadamos de la necesidad impostergable de poner el hombro, ante la amenaza que pesa sobre los destinos de la nacionalidad.

Leo en su carta la situación imperante, que el amigo Morales me completa en otras informaciones, y llego a la conclusión que los militares están casi en las mismas que los dirigentes políticos: Cada uno por su lado piensa hacer algo, sin percatarse que mientras no se consiga una unidad de propósitos y de acción, poco será lo que se logre hacer efectivamente, por que Onganía sobrevive, precisamente, como consecuencia de la disociación reinante entre todos los que desean remplazarlo.

La dictadura militar ha podido ser posible (en cumplimiento del plan pentágono) porque las fuerzas cívicas enfrentadas se atomizaron para provocar el caos indispensable para que las FFAA las remplazaran. Al no comprender este problema tampoco pueden apreciar las posibles soluciones. De ahí la insistencia en dividirse y disociarse que caracteriza una política suicida, cuando la única solución esta precisamente en lo contrario: UNIRSE Y ORGANIZARSE.

No se me escapa el designio de la dictadura militar de procurarse un apoyo popular mediante diversos arbitrios, pero tampoco se me escapan las dificultades que se han de oponer a que lo logre porque soplar no es hacer botellas. Una dictadura militar del tipo de la actual puede soñar con cualquier cosa menos con que pueda contar algún día con el apoyo popular que se note. Aparte de ello ya, ni aun cuando cambiara su política económica y social ( que no puede hacer ) lograría convencer a nadie para que la apoyaran en el campo político, desde que tienen todas sus fuerzas actuales en contra en ese campo.

Ni la salida a la brasileña, la reedición de la Unión Democrática, una dictadura militar tiránica, podrían durar mucho tiempo en estos tiempos, con poco que se hiciera por destruirlas. El destino de cada una de ellas no seria distintos del que espera al propio gobierno de Onganía. Ya lo dijo Tayllerent: Las bayonetas sirven para todo menos para sentarse en ellas.

La unión de dirigentes políticos no se realiza simplemente por falta de grandeza y desprendimiento de su parte. Parecería que aun es preciso que la desgracia siga azotándolos para que entren en razón o que la supresión biológica cumpla su destino con el tiempo haciéndolos desaparecer.

El amigo Morales ha conversado largamente con migo sobre los diversos aspectos de nuestros problemas y lleva un memorandun con mis puntos de vista. El podrá, de viva vos informarle sobre mi mejor disposición para entendimientos que se inspiren en la necesidad insoslayable de oponer un frente de unidad a la acción que, con unidad de concepción y de acción, pueda realizar la actual dictadura militar. Creo que ese es el comienzo del camino que se debe seguir y no habrá nada que yo no haga, dentro de mis posibilidades porque tales propósitos se logren.

Morales le explicara en detalle cuanto hemos tratado, por lo que creo innecesario abundar en explicaciones, que por otra parte coinciden con cuanto usted me dice en su carta. Si lo importante es contar con mi apoyo a las ideas por usted expuestas, desde ya puede contar con el.

Un cordial y afectuoso saludo.

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