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El despertar de Malvinas

Escribir sobre Malvinas es para mí una tarea compleja, aunque no irrealizable, no sólo por la calidad heteróclita de Malvinas como fenómeno, sino porque escribir sobre Malvinas no es escribir desde mí, sino sobre mí. Malvinas es un elemento constitutivo y primigenio de mi personalidad, por eso transitar sus caminos es transitar también los míos. Puedo hablar de Malvinas como argentina, pero no puedo dejar de hacerlo como hija.

Las líneas que en el mapa trazan los contornos de una Nación son delineadas a ígneo sello por la sangre de nuestros Héroes. Por eso, en los escarpados trazos que contornean sus suelos, deben leerse los nombres de los Héroes que han dejado su vida efectiva o potencialmente, en representación nuestra.

Tenemos la obligación como ciudadanos de la Patria de romper el silenciamiento que ha prevalecido durante veintinueve años. Vivimos en democracia, y podemos, -o bien, debemos- poner voces en este acallamiento, ya que no nos es una tarea denegada. Voces que traigan desde lo más profundo de sí, un golpe a la Memoria.

El cambio debe ser radical, absoluto. La vuelta de la Memoria debe ser violenta, como un despertar, que nunca es lento, sino abrupto. Es un golpe de conciencia. Una guerra librada contra nosotros mismos, donde el principal enemigo es el olvido.

Si se gana, la victoria es definitiva y tiene como recompensa la recuperación total de nuestro patrimonio identitario como Nación. Si se pierde, continuamos en ese estado semi- inconsciente de ignorancia y puerilidad.

La verdad no es sutil es definitiva, marcial y también, siempre gana.

Despertar a la Verdad es un acto voluntario. Por eso sabemos a conciencia absoluta, los que hemos decidido despertar, que Malvinas no fue una gesta inútil, sino, entre otras cosas, un paso decisivo en la restitución de nuestros derechos constitucionales.

Por eso, por Malvinas, "puedo hablar". Y puedo hablar como Hija de la Democracia; también sabemos que los Héroes han de imponerse como lo que son, genuinos cristos redentores que han venido a salvarnos de la desmemoria, auténticos restitutores de nuestra Identidad, que como Nación y Patria, se escribe con mayúscula.

En este sentido, puedo sentirme afortunada también, porque estas palabras vienen a dar luz sobre la sombra de mi padre y puedo decirme, una Hija de la Patria.

·Julia Cao es estudiante de letras. Hija de Julio Rubén Cao, maestro, soldado, héroe caído en Malvinas el 14 de junio de 1982

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