Cámpora: Lealtad, debate y mito
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Escrito por Pablo Adrián Vazquez
Escrito por Pablo Adrián Vazquez
Escrito por Fermín Chavez
Escrito por Prensa Nacional Alternativa
Escrito por Francisco Pestanha
Escrito por Sebastian Martorello
Escrito por Prensa Nacional Alternativa
Escrito por Leonardo Montealegre
Escrito por Pablo Adrián Vazquez
Raúl Scalabrini Ortiz supo advertir en aquella jornada del 17 de octubre de 1945 la presencia inalterable del "subsuelo de la patria sublevado" ¿Quiénes componían aquella entidad que se había revelado contra un orden material y simbólico que los oprimía? ¿Cómo estaba estructurada esa masa numeral que luego transmutó en pueblo esencial según palabras del mismísimo Marechal? Cuentan los testigos más confiables de aquel suceso que ese conglomerado estuvo integrado fundamentalmente por hombres y mujeres de trabajo, peones, estibadores, oficinistas, torneros, etc, pero además, que un dato en particular caracterizaba esa estampa histórica: su juventud.
Ojalá que muchos formadores de opinión dejen de lado un poco el ego y la plata que les dejan los grandes contratos para poder contribuir a la formación de la conciencia nacional.
Algunos periodistas, de mucho prestigio y buenísimos negocios, amenazan con convertir las diferencias de criterios en peleas en el lodo, remedando algún ring circundado por gente rica y muy entusiasta a la hora de redescubrir las miserias de la condición humana. Alguna vez, para contestar por qué tenía una prosa tan severa con los avaros y los egoístas, Balzac dijo: “La sociedad francesa habla por mi pluma.” ¿Creerá Jorge Lanata, por ejemplo, que insultando a Orlando Barone logra expresar a la sociedad argentina a través de su cascada voz? Desde ya, cuando se degrada el debate entre comunicadores, pierde la sociedad, pierden los lectores o televidentes. Aunque, paradójicamente, aumente el rating o el interés público. Convengamos que no es nueva la adicción a la estupidez humana.
Siempre tuve el ejercicio permanente de hablar con todo el que puedo, en los lugares de trabajo, en la calle, en los negocios, es decir creo en el dialogo, pero, además, no hay mejor termómetro de la realidad que la que siente el pueblo mismo, sin intermediaciones quizá viciadas de nuestras propias realidades parciales y a veces virtuales, que se nos hacen en la cabeza y no son en verdad la realidad, más allá de nuestras buenas intenciones.
La expresión "pensamiento nacional" ha florecido en estos últimos tiempos con notoria pujanza. Para quienes lo desconocen, esta composición textual representa una original experiencia epistemológica que ya lleva más de un siglo de progreso en nuestro país, y que durante centuria pasada ha producido entre otros tantísimos cometidos, más de 8000 libros.
Los lectores de "La Nación" suelen escandalizarse, a menudo, con las demoras de los vuelos de Aerolíneas, los embotellamientos de tránsito y las declaraciones de algún funcionario. Muchas veces no les falta la razón, pero nos preguntamos por qué no manifiestan similar susceptibilidad cuando en las páginas principales se publican los libelos de algunos publicistas; auto referenciados como "profesionales de las historia" - que manifiestan desdén por sus colegas con un leguaje descalificatorio y provocativo – quienes porfían en reiterar inexactitudes sepultadas en el basural de la historia. Ahora baten el parche con el éxodo de pilotos y la pauperización presupuestaria de las FF.AA. que pondrían a nuestro país en un estado de indefensión. La preocupación sería legítima si se considera al sector castrense como el brazo armado de la sociedad, para la defensa de su integridad territorial y la defensa de sus recursos. Pero al parecer "La Nación" no lo entiende de esta forma, según se desprende de sendos artículos publicados el 6 del cte., en relación con la conmemoración de la Batalla de Obligado, donde se considera a la misma, junto con Malvinas, el fruto de un nacionalismo de características patológicas, pues hablar de soberanía, en estos tiempos globalizados, es un anacronismo y un desatino. En realidad, para la mentalidad de los tenderos, nunca fueron cuerdas las luchas anticoloniales.
Importante interés y preocupación me provocan las imágenes que se transmiten desde Teherán luego del avasallador triunfo de Ahmadinejad en las elecciones recientemente celebradas en Irán. No es casual que al igual que sucedió en Bolivia, con Evo Morales, en Venezuela, con Hugo Chávez, históricamente con Gamal Abdel Nasser en Egipto, en Palestina con Yasser Arafat, Salvador Allende en Chile, y mucho antes en Argentina con Juan Perón, el líder del pueblo iraní Ahmadinejad deba soportar el indudable embate del imperialismo angloamericano nuevamente revelando sus intenciones.
El 2014 ha sido un año controversial para las negociaciones paritarias. La inflación es superior a la de los años anteriores a pesar de la caída de la actividad y el consumo, que ya pueden verse en el descenso de exportaciones e importaciones del primer semestre. En marzo de este año Miguel Teubal, doctor en Economía de la UBA, fue consultado acerca de si el ajuste a los salarios venía a finalizar con el modelo del consumo en relación con declaraciones de Hugo Moyano y respondió: “Hay que ver qué van a hacer con las negociaciones colectivas. (...) Si los aumentos no son acordes con la inflación, eso significa un ajuste. Y en ese sentido tiene razón Moyano. Los salarios fueron a la cola de la inflación, salvo algunos gremios importantes”.
Mariano Grondona, en su columna dominical de la Nación, se refirió al recientemente creado Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego. (Ver http://www.lanacion.com.ar/1429933-la-batalla-cultural-ha-llegado-hasta-la-historia-argentina).
F. Chávez.
Cuando el maestro Fermín Chávez en ese titánico y a veces retraído esfuerzo por desentrañar las ideologías1 de los sistemas centrales, definió al pensamiento nacional como "epistemología de la periferia2", no hizo otra cosa que advertirnos que en ibero América, debía imponerse una nueva "ciencia del pensar" - es decir - una epistemología propia.
Cuando las aguas de nuestro movimiento se agitan, una gran inmensidad de ese líquido al cual pocos tienen acceso debido a la escasa información, comienza a reaccionar y provoca algún tipo de ebullición. Muchas veces se las denominaron anti cuerpos y es el momento cuando mas paños fríos debemos adosarle, no por tener miedo, sino para fijar un mejor objetivo y no errar el camino.
Umberto Eco plantea que tenemos los nombres, pero perdimos la cosa que nombran; sobre esta concepción tan amplia y profunda, permito hacerme partícipe siguiendo a los que saben, y afirmando que no transitamos una época de cambios, sino un cambio de época.
Son momentos de ruptura, de alteración. El mundo no es lo que era, ni volverá atrás.
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LA VIDA POR PERÓN
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