Una extraña minoría que sigue ganando elecciones... O Reflexiones para renunciar a la viudez
Vivimos una extraña época en que los que tenemos una afinidad ideológica más o menos inspirada en las obras y la doctrina de Perón integramos apenas una minoría. No es común encontrarse con personas que discuten en la vía pública defendiendo aquellos ideales. Es más, en los últimos veinte años no me crucé con ninguna experiencia semejante. Tampoco se lo exalta, al olvidado general desde las cátedras educativas, ni aparece en las tapas de las revistas. Sus afiches, en las Unidades Básicas, se caen de viejos.
Los peronistas que anhelamos los tiempos de Perón no estamos representados en los medios de difusión. Invito a cualquiera a redactar rápidamente una nómina de diez periodistas (de los grandes medios) que lo sean. Bueno, si nadie pudo llegar a diez, invito a reducir esa cifra a la mitad. Verán que después de mucho trajinar no llegarán nunca a completarla, y si lo hacen será porque integran a la misma a nombres y apellidos de algún profesional de la información que "una vez nombró a Perón" o con algún nombre que no tiene acceso a los grandes medios (De Renzis, por ejemplo).
Es que es así, los peronistas somos una extraña minoría. Extraña, digo, porque esta minoría, aparentemente aún sigue ganando elecciones. La última, sin ir más lejos, aquella que consagró a la Senadora Cristina Fernández para una banca en el senado nacional, arrojó la friolera de un 70% de votos peronistas entre el P.J. Bonaerense y el Frente para la Victoria (un Frente en el que sabemos, al General no se lo quiere ni mucho, ni poquito...
Ocurre además que no siempre quienes ganan las elecciones cumplen con las expectativas que los peronistas tenemos. Expectativas de que, al igual que hizo el General, alguna vez, se repatrie toda la deuda; de que alguna vez el producto bruto interno sea distribuído como en aquellos tiempos mitad para los trabajadores, mitad para los empresarios. Quisieramos recuperar la alegría y ver que desde el gobierno se buscan las coincidencias con los demás –copmo hizo y enseñó el General– en vez de buscar las diferencias.
Este nuevo 9 de julio en que algunos pocos recordamos la Independencia Económica que Perón declaró en Tucumán a poco más de un año de haber asumido la presidencia, es bueno para reflexionar acerca de esa minoría extraña que formamos quienes no quisiéramos transformarnos nunca en vuidas nostálgicas que algo que quizás ya no tiene retorno.
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