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LA ENCRUCIJADA DEL MOVIMIENTO OBRERO: LA POLITICA

patriciomircovichLa actualidad política nacional nos lleva a realizar un análisis sobre los distintos actores que están participando en la puja del poder político. La finalidad de la obtención de ese poder político es desarrollar las políticas según el interés de cada grupo o sector. Dentro de esta puja no podemos obviar uno de los sectores más importantes que participan en la vida nacional económica, social y política: los trabajadores. Ellos organizados en sindicatos eligen sus representantes para desarrollar organizadamente el pedido de las necesidades básicas a cubrir.

Desde el resurgimiento económico iniciado en el 2002, los trabajadores han tomado una importancia fundamental en la construcción política que hoy vivimos y en la vida social que habitualmente caminamos y construimos. Entre los puestos de trabajo y el crecimiento económico que estos han introducido en el resurgimiento económico nacional en algún momento debería tener repercusiones políticas. Esas repercusiones sucedieron en el preciso momento donde los trabajadores tomaron conciencia del poder que acumulaban y dieron una vuelta de rosca más a la cotidiana tranquilidad en que se desempeñaba el gobierno nacional. Muchos creen que el “conflicto”, o mejor dicho diversidad de intereses, surge en los cierres de listas de lo que luego fue el arrollador triunfo del Frente Para la Victoria y la intención del Movimiento Obrero de llenar la listas de dirigentes sindicales. Cosa que no sucedió. Pero lo cierto es que la lucha comenzó un tiempo atrás. Retrocediendo en el tiempo podríamos situarnos en el reciente rechazo del proyecto de ley de la distribución de las ganancias, mencionado en el artículo 14 bis de la constitución, y presentado por la Confederación General del Trabajo en el poder Legislativo Nacional. Pero retrocediendo aún más en el tiempo, más precisamente el 15 de Octubre de 2010 en el acto conmemorativo del día de la Lealtad en el atestado de trabajadores estadio de River Plate, el secretario General de la CGT solicitaba un esfuerzo por parte del gobierno ante el rechazo de éste de un proyecto de ley presentado por la oposición y el pago del 82% a nuestros jubilados. Un pequeño esfuerzo, solicito en aquel entonces el secretario general de la CGT. Las viviendas fue también otro de los reclamos de los trabajadores al gobierno nacional que en ese preciso momento estaba presente con su máxima figura la presidente Cristina Fernández de Kirchner acompañada por el presidente del PJ nacional el compañero Néstor Kirchner. Los ecos de estos reclamos continuaron y las diferencias se dilataron hasta el fatídico 27 de Octubre, día en que nos dejó físicamente Néstor. Los operadores de la antipatria encontraron la mejor excusa para derribar una relación, que muy a pesar de las diferencias, se había afianzado prolongadamente en el tiempo NESTOR-CGT-MOYANO. Algunos, incluso el propio Moyano en reciente reportaje reconoció una discusión el día antes de este fatídico día. Los buitres no dejaron pasar la oportunidad para corroer una relación que sembraba de éxitos a nuestra bendita argentina y eliminar políticamente al “enemigo” más importante de los últimos tiempos, por su historia incuestionable, por su accionar, por su lucha: HUGO MOYANO. Atribuirle la muerte de Néstor a Moyano es de una acción de prensa que roza no solo la boludez, sino la más efectiva herramienta conspirativa antinacional de los últimos tiempos.

Ahora bien porqué es débil la estructura sindical que ante la primer embate de la política dispersa a la masa más de lo debido. La respuesta es sencilla, falta de política. Aquí debemos resaltar el efectivo impedimento del sector político entre otras cosas de aislar políticamente, por ejemplo evitando el ingreso de trabajadores a las distintas cámaras nacionales y provinciales y concejos municipales, lo que en definitiva evita el armado político necesario de los trabajadores. Aquí deberíamos resaltar en Hugo Moyano tal vez un error para algunos o virtud en los que nos consideramos peronistas, la confianza.

La supuesta debilidad del Movimiento Obrero no solo de la CGT, sino también de la CTA, es la construcción política fuera del espacio sindical. Buscar la manera de transformar los reclamos sindicales en un proyecto político que convenza a la mayor cantidad de argentinos es la verdadera encrucijada. Pero no es menos cierto que los dirigentes sindicales, hechos y derechos, han demostrado con creces enfrentar todo tipo de crisis y mantener el bienestar de sus trabajadores a través de políticas gremiales. La capacidad de conducir gremialmente está presente en ellos, y de realizarlo políticamente está implícita en cada negociación, en cada paritaria, en cada convenio que se logra homologar y que repercute positivamente en la vida de sus afiliados. Traspasar esta metodología a la política, demostrarlo y efectivizarlo en el conjunto del pueblo, no solo en los trabajadores, sino además en los desocupados, en los profesionales, en el empresariado, incluso en los políticos, es la meta ineludible que deberá afrontar el Movimiento Obrero Organizado. El ejemplo debería empezar por casa y quizás lograr la unidad de todo el movimiento en una sola central madura, puede llegar a ser el camino. El debate está abierto. La esperanza no se cortara jamás.

 

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