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De elecciones, candidatos y responsabilidades

En una nueva carrera despiadada por llegar a sentarse en "algún que otro sillón de Rivadavia"1, los argentinos volveremos a soportar las más bajas chicanas por parte de la mayoría de los candidatos –por no decir todos-. Entre tantas otras acciones, la perversión por conseguir un mísero voto y rebajarse a lo que efectivamente no son, "pueblo", volverá a ser moneda corriente.

Pero usted ya lo sabe. Las palabras de estos mercenarios de la política se dilapidarán con el propio futuro incierto que causa en ellos la profunda falta de nacionalismo, de verdadero amor a la Patria.

Y el pesimismo que arroja este tipo de apreciaciones no es más que un optimismo cargado de un alto grado de verdad y realidad.

Todo esto no es una mera disconformidad política, común hoy en todos los partidos que actúan en el gran espectro que "ofrece" nuestro país, y que es el fruto de años, décadas y siglos de muchas malas experiencias, es si no un preocupante llamado a la sociedad toda que no pude continuar en el eterno desinterés e incapacidad reaccionaria, o continuar confundida en los verdaderos objetivos por lo cuales debemos pelear.

Un claro ejemplo de ello fue la experiencia que dejo los acontecimientos sucedidos por diciembre de 2001; lo que en aquella oportunidad desde lo particular se convirtió en masivo: "El que se vayan todos". Nada por lo que se peleó surtió efecto alguno por la no llamativa falta de conciencia nacional entre las masas participantes de tan relevante reacción. Y fue aquí donde surgieron los paladines de la justicia que por aquellos tiempos sentaron su firme posición junto al pueblo por mero oportunismo: empresarios, políticos, deportistas, actores, victimas de inseguridad, etc., etc. Hoy los veremos aparecer en los medios masivos de desinformación en plena carrera "desorientadora" esperando la chance para ocupar cualquier puesto gubernamental fruto de la competencia electoral.

"La hipocresía, utilizada sin medida tanto en lo interno como en lo internacional, dispersa sobre los hechos la neblina de la simulación que, cubriéndolo todo, a menudo impide distinguir el panorama".2

¿Pero quiénes son realmente estos hipócritas? Son aquellos mismos personeros que desenfrenadamente, aun hoy, compiten por saludar y fotografiarse con presidentes, gobernadores, intendentes, y ministros, que traidoramente vendían, y venden, la Patria, estatizando deudas, corrompiendo, avasallando, flexibilizando, desmoralizando y por sobre todo desnacionalizando. Las "relaciones" innumerables de los hoy candidatos con estos usureros del estado no puede, ni debe, pasar por alto; porque estos mismos hacedores de "la nueva política" manipularon siempre la necesidad y la esperanza del pueblo con el objetivo de llegar a obtener algún trono de poder.

Lo que es injustificable, y una de la causas por lo que debemos trabajar y comprometernos, es la desnacionalización del pensamiento y el accionar político del pueblo.

En ello debemos ocupar nuestro tiempo, reconcientizar a nuestro pueblo. Brindarle las herramientas para que realmente lleguemos a una reacción que definitivamente nos libere de estos "oportunistas". El éxito de la Patria estará marcado por un nuevo y glorioso 17 de Octubre, donde las masas trabajadoras y el pueblo humilde todo, se lance a la calles con la absoluta convicción de lo que quiere.


1. Sillón de Rivadavia: Argentinismo que proclama poder en lo nacional, lo regional e internacional. Rivadavia no hay ni hubo uno solo. En todos los ámbitos suelen haber picaros que usan su poder en beneficio propio o de la sinarquía. Rivadavia es el primer y más fiel exponente de ello.

2.Juan Domingo Perón, Los Vendepatria, Prólogo.

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