Mateo 18:1–11; Marcos 9:38–42 “En aquel tiempo se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos? Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo que, si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humille como este niño, ese es el mayor en el reino de los cielos. Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe. Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno y que se le hundiese en lo profundo del mar”.
Cuando Jesús dijo esto los niños eran menos que una pieza de ganado, mucho menos. Ni siquiera Aristóteles, siglos después, los consideraba persona, “no son personas en potencia” por ende no tienen derechos, se disponía de su vida, para cualquier fin explotación, castigo, venta, sacrificios, etc. Fíjense que revolucionaria la actitud de Nuestro Señor hacia esos niños estaba dando un mensaje de justicia social de un poder y una trascendencia terribles.
A partir de 1841, las leyes comenzaron a proteger a los niños en su lugar de trabajo y, a partir de 1881, las leyes francesas garantizaron el derecho de los niños a una educación.
El 16 de septiembre de 1924, la Liga de las Naciones aprobó la Declaración de los Derechos del Niño.
En la reforma constitucional Argentina de 1949 el peronismo incluyó los derechos de la niñez, que se perdieron luego del golpe de Estado que tomó el poder en 1955, se derogó por proclama militar la Constitución Nacional. Recién diez años después las Naciones Unidas adoptarían la Declaración de los Derechos del Niño.
1948: La Declaración Universal de los Derechos Humanos, que estipula que “la maternidad y la infancia tienen derecho a una ayuda y a una protección especiales”.
1959: La ONU adopta la Declaración de los Derechos del Niño que reconoce al niño como sujeto de derechos.
1989: el 20 de noviembre, la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) es adoptada unánimemente por la Asamblea General de la ONU.
2000: Se concreta un refuerzo de la CDN con la adopción de dos protocolos facultativos sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía; y sobre la participación de niños en los conflictos armados.
2014: En el 25 aniversario de la Convención. Esta ha sido ratificada por 193 Estados miembros de las Naciones Unidas. Sólo los Estados Unidos y Somalia, que firmaron este tratado, no la han ratificado.
Desde Jesús hubo que esperar 1800 años para que el mundo empiece a pensar en los niños como algo más que un factor de producción capitalista, un trabajador, o un elemento de entretenimiento. Un poco más, en 1948 para que se consensúe una declaración universal de sus derechos básicos y recién en 2014, 193 Estados ratifican la Convención (pero la potencia más grande del mundo E.E.U.U., no).
Los niños no solo no han sido sujetos de pleno derecho, sino que no se les consulto que querían para sí. Más allá que la Declaración Universal de los derechos del niño expresa claramente sus derechos de participación: “el derecho a actuar en ciertas circunstancias y el derecho de ser involucrados en la toma de decisiones”.
En nuestro país se dio un paso importante al respecto permitiendo su voto a los 16 años.
Un líder político del siglo 20 cuando le preguntaron cuál sería su plan de gobierno contestó señalando un grupo de niños: Pregúntenle a uno de los niños de mi pueblo que quiere para su vida, y allí estará mi programa.
Sí la democracia debe ser el gobierno que hace lo que el pueblo quiere y siendo nuestros niños parte de él, ¿porqué no preguntarles lo que quieren?
El próximo 15 de agosto se festeja en Paraguay el día del niño conmemorando La batalla de Acosta Ñu donde en la guerra de la triple Infamia (mal llamada de la Triple Alianza) el pueblo paraguayo resistió con 3500 hombres, entre ellos 800 niños de los que casi no hubo sobrevivientes. Si son los niños capaces de semejante sacrificio por su patria porque no preguntarles que quieren para su futuro.
Uno de cada doce niños y niñas en el mundo es explotado laboralmente. De los 352 millones de niños y niñas entre 5 y 17 años que trabajan en el mundo, 180 millones (uno de cada 12) lo hace en situaciones de explotación, enfrentándose a las peores formas de trabajo infantil. ¿Por qué entonces no pueden ser escuchados por los líderes políticos y sindicales?
8.500 niños mueren cada día de desnutrición, ¿por qué no pueden ser escuchados por los ministros de economía?
Más de 24.000 niños fueron asesinados, heridos, mutilados, reclutados a la fuerza y secuestrados, o sufrieron abusos sexuales y otras violaciones de sus derechos humanos durante el año 2018, según el último Informe Anual sobre Niños y Conflictos Armados. ¿Por qué entonces no pueden ser escuchado por los ministros de defensa?
“Si no se toman medidas urgentes, 56 millones de niños y niñas menores de cinco años morirán de aquí a 2030, la mitad de ellos recién nacidos”, dijo Laurence Chandy, Directora de Datos, Investigaciones y Políticas de UNICEF. ¿Por qué entonces no tienen derecho a ser escuchados por los líderes políticos del mundo si quizá de eso dependa su propia vida?
Los pueblos que abandonan a sus niños renuncian a su porvenir, se suicidan.
Nuestros niños no deben ser objetos de nuestras políticas, deben ser sujetos de ellas, y sus verdaderos beneficiarios, realmente deben ser impulsores de ideas y deben ser los únicos privilegiados de las mismas.
Quería en esta nota, yo también, preguntarle a niños de mi patria que quieren para sí mismos, que esperan de su Patria, de sus líderes, de su comunidad (y me gustaría que los dirigentes que los lean no prejuzguen, no empiecen a especular con que los niños contestan influenciados por tal o cual persona o situación, sino que por una vez solo los escuchemos y tomemos nota, quizá sirva, no sé si para nuestros intereses, pero seguro sí para los de esa generación, que está esperando de nosotros un responsable salto cualitativo),y esto me respondieron:
Agustín de 14 años: Quiero que con menos se viva mejor.
Yamil de 12 años: Tendría que ser un país honesto, donde puedas elegir lo que quieras y lo que te guste hacer.
Santiago de 12 años: Lo que espero para el país es que no haya pobreza, que las personas no pasen hambre y que haya más policías en la calle para vigilar sí roban o no y sí rompen la cuarentena, yo quiero vivir en paz.
Benjamín de 10 años: Quiero que los precios bajen para que todos tengan comida y sus cosas, y que no existan robos.
Santino quiere que no haya mas coronavirus, que todos tengan trabajo y no haya más nenes en la calle.
Eugenia de 11 años: Quiero ser científica, astrofísica y astrónoma, y para el futuro del país quiero que no haya pobres, haya trabajo e igualdad.
Tiziano de 5 años: Quiero ser jugador de futbol y que todos los argentinos se salven del virus.
Valentino de 9 años quiere ser feliz junto a su papá.
Facundo de 16 años: Quisiera una economía estable, para poder quedarme y progresar acá y no en otro país.
Ciro de 13 años: A mí me gustaría tener una máquina que extraiga petróleo para mejorar el comercio para el país.
Rosario de 7 años: Me gustaría poner muchas escuelas y que los hospitales sean muy buenos.
Valentina de 15 años: Espero que logre mejorar tanto de manera social como económica, que exista una estabilidad para las familias y que no sea tan difícil llegar a fin de mes. Me gustaría que la inseguridad sea mínima y no tener miedo de salir a la calle, sería hermoso poder crear un lugar que sea bueno para las futuras generaciones. Hay muchas cosas que están mal hechas y tiene que existir alguien dispuesto a arreglarlas, por el bien del pueblo, no por dinero ni reconocimiento.
Eva y Amado quieren un país libre, con todos felices y que no haya guerras.
Juan de 14 años: Yo quiero para mi país un progreso general económico (esto implicaría un porcentaje muy menor de pobreza) y que la gente empiece a tomar conciencia de cada problema del país y que en vez de quejarse tome conciencia y piense en aportar lo poco que puede para el país.
Bastián de 7 años: Yo quiero tener un lindo trabajo cuando sea grande.
Joaquín de 7 años: Que todos los argentinos podamos ser millonarios.
Facundo de 15 años: Que no haya hambre, igualdad de trabajo, y que todos tengan una casa donde vivir, que cuidemos y aprovechemos la diversidad de nuestro país, porque Argentina tiene mucha naturaleza y no la aprovechamos, la aprovechan otros países, eso pienso.
Ana de 11 años: Espero estudiar veterinaria para sanar animales porque a las personas lo veo difícil poder ayudarlas.
León de 6 años: Que se valla este virus y de los políticos que sigan trabajando así que me encanta.
Wanda: Espero que seamos una Argentina mucho más unida, porque la estamos arruinando, dejando gente sin comer. Comprender al ciudadano, que se respete a todos no solo a los que tienen los mejores bienes. De los políticos espero que no solo piensen en ellos, sino que pensemos en todos, hay mucha gente que no está comiendo y no tiene un trabajo y a muchos no le importa y viajan por el mundo sin pensar en el otro, y hay muchos que no tienen, pero se preocupan por el otro privándose ellos de su comida. Que los trabajadores trabajan muchas horas y no se les paga lo que corresponde.
Que todos estemos en igualdad de condiciones, no que el empresario sea rico y millonario y un enfermero o un basurero o cartonero o oficinista no tenga los mismos recursos, tenemos que estar todos en igualdad de condiciones.
Saya: Que el futuro del país sea mas seguro, que no haya tanta pobreza, que los políticos trabajen más por la gente que haya mas trabajo, hospitales y salud pública. Que los chicos puedan estudiar sin tener que pagar una escuela privada, y pienso que ojalá podamos mejorar el país y todos tengan posibilidades económicas para vivir.
Benicio de 7 años: Para mi futuro quiero ser grande, tener una casa y tener dos hijos.
Román de 13 años: Que el país no se siga deteriorando, que pueda progresar y que no haya más corrupción.
Franco de 5 años: Quiero que pase toda la cuarentena y nos podamos ver pronto y que cuiden a todas las personas del país.
Santino de 9 años: Quiero que no haya más ladrones y no se maten a las personas.
Milena de 15 años: Que elijamos un gobierno que nos proteja, que no sean corruptos que quieren robar, y que se pueda pagar la deuda externa, y exista un buen sistema de justicia donde se castigue a quien deba ser castigado y no entren y salgan como si nada.
Jazmín de 12 años: Que encuentren la cura del Covid, estudiar, y que mejore la economía – Seguir estudiando danza y astronomía.
Alma de 5 años: Quiero que Cristina vuelva a ser presidente.
Alma de 9 años: Que se vaya este virus y que los ricos paguen la deuda de Macri y no los trabajadores.
Joaquín de 14 años: Es una pregunta muy difícil, todavía no estoy muy contento con el presidente o los políticos que tenemos, yo esperaba mucho mas de todos ellos, y por ahora estoy decepcionado. Para el futuro espero que los jubilados cobren lo que se les debe.
Sol de 11 años: Para mi futuro quiero mucha paz y salud para todos.
Carolina de 9 años: Cuando sea grande quiero ser veterinaria.
Quiara: Espero un cambio social en lo que es el país a futuro, en lo que es la falta de trabajo, que se demás importancia a los trabajadores y que los gobiernos estén más presentes, y se respeten los derechos de las personas.
Tupac de 4 años: No quiero que haya gente mala.
Mora de 6 años: Yo para mi futuro espero tener una gran seguridad y la mejor familia del mundo.
Ciro de 6 años: Quiero que no haya gente mala y que no haya gente que pegue a otra gente.
Santino: Yo quiero que termine la cuarentena y que Alberto siga para siempre, aguante chicago y Perón.
Morena y Selene: Pensamos que, en un futuro, la justicia sea mejor de lo que es ahora. Que la sociedad tenga más empatía. Que pongan cargos sobre la policía que mata gente inocente. Y que a las personas que roban o realizan algún delito, se las condene y cumplan su condena.
Lalo: Que los presidentes cumplan las promesas y no endeuden a los trabajadores y ayuden a los que necesiten como lo hizo Evita, que todos los chicos puedan ir a la escuela y a los hospitales públicos, y todos tengan una casa.
Tobías de 13 años: Me gusta mucho la política y espero que en este país no queden promesas sin cumplir, que a nadie le falte un techo ni un plato de comida, que todos tengan las mismas posibilidades y derechos, que se pueda construir un país justo y solidario y sin corrupción, un país trabajador y con educación.
Manuel de 13 años: Quiero que esto del coronavirus termine para continuar con mi vida y que los políticos trabajen para el bienestar de la gente.
Tomás de 9 años: Que no haya inflación, si seguimos así y permitimos que vuelva Macri sube el dólar y la inflación. A la gente pobre hay que ayudarla, a los pobres no puede faltarles la comida.
Paloma de 8 años: Quiero que termine el coronavirus, que las personas dejen de ser presumidas, que haya más gente buena, que las familias estén bien y que haya buenos pensamientos y que Dios los bendiga.
Morena de 15 años: Más seguridad y menos violencia, quiero ser doctora para ayudar a la gente.
Agustín tiene 9 años y quiere que termine la cuarentena.
Enzo de 14 años: Quiero que la economía vaya mejor, baje la pobreza y controlen el dólar. Y en el futuro poder estudiar (psicología o veterinaria) lo que quiero es intentar trabajar fuera del país.
Santino: Quiero que no haya más coronavirus.
Saraí de 7 años: Quiero que se vaya esto de la pandemia, que sigamos luchando contra el coronavirus y a nadie le falte el trabajo.
Enzo de 5 años: Quiero que se valla esto del coronavirus, y nada más.
Juan Ignacio de 7 años: Me gustaría que el presidente cuide a la gente, porque tengo que tener rejas con puntiagudas para que no entren los ladrones.
Santino de 3 años: Bueno…muchas gracias.
Nada más que decir, ELLOS HAN HABLADO.